Las tierras desiertas del odio, la corrupción, la pobreza y la violencia que tanto dañan la vida Humana, divide a las familias y desfiguran el don de la creación”. Con esta expresión, ¿qué mensaje Quiso enviar el Papa Francisco a las culturas religiosas existentes en Bangladesh?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Este encuentro, que reúne a los representantes de las diversas comunidades religiosas de este país, constituye un momento muy significativo de mi visita a Bangladesh. Nos hemos reunido para profundizar nuestra amistad y para expresar el deseo unánime del don de una paz genuina y duradera”.
Con la apremiante necesidad de que las religiones estén al servicio de la construcción de la paz, rechazando el odio en nombre de la religión, el Papa destacó gratamente en su discurso la importancia del encuentro interreligioso y ecuménico por la paz, celebrado en el jardín de la Nunciatura en Daca.
Agradeciendo a los queridos amigos de las comunidades musulmanas, hindúes y budistas y a las autoridades civiles de Bangladesh, así como al obispo anglicano de Daca, el Sucesor de Pedro alentó a esta nación a perseverar en el respeto de la libertad religiosa:
“Que nuestro encuentro de esta tarde pueda ser un signo claro del esfuerzo de los líderes y de los seguidores de las religiones presentes en este país por vivir juntos con respeto recíproco y buena voluntad. Que este compromiso, aquí en Bangladesh, donde el derecho a la libertad religiosa es un principio fundamental, sea una llamada de atención respetuosa pero firme hacia quien busque fomentar la división, el odio y la violencia en nombre de la religión”.
Invitando a la “apertura del corazón”, que es condición para una cultura del encuentro, el Papa dijo también que la apertura del corazón es similar a una escalera, que se eleva hacia lo Absoluto. Es un camino que conduce a la bondad, la justicia y la solidaridad, ante “las tierras áridas y desiertas del odio, la corrupción, la pobreza y la violencia, que dañan las vidas humanas, dividen a las familias y desfiguran el don de la creación”:
“Las diversas comunidades religiosas de Bangladesh han abrazado este camino mediante el compromiso por el cuidado de la tierra, nuestra casa común, y la respuesta a los desastres naturales que han asolado la nación en los últimos años. Pienso también en la manifestación común de dolor, oración y solidaridad que ha acompañado el trágico derrumbe del Rana Plaza, que sigue impreso en la mente de todos. En estas diversas expresiones vemos cómo el camino de la bondad conduce a la cooperación para servir a los demás”.
Haciendo hincapié en que “un espíritu de apertura, aceptación y cooperación entre los creyentes no contribuye simplemente a una cultura de armonía y paz, sino que es su corazón palpitante”, el Papa señaló la apremiante necesidad que tiene el mundo:
“¡Cuánto necesita el mundo de este corazón que late con fuerza, para combatir el virus de la corrupción política, las ideologías religiosas destructivas, la tentación de cerrar los ojos a las necesidades de los pobres, de los refugiados, de las minorías perseguidas y de los más vulnerables!”.
Sin olvidar a “los jóvenes, que a veces se sienten solos y desconcertados en la búsqueda del sentido de la vida”, renovando su gratitud y aprecio, el Obispo de Roma concluyó su discurso con una nueva exhortación:
“Queridos amigos, os agradezco los esfuerzos que realizáis para promover la cultura del encuentro, y os ruego que, demostrando el compromiso común de los seguidores de las religiones por discernir el bien y ponerlo en práctica, ayudemos a todos los creyentes a crecer en la sabiduría y en la santidad, y a cooperar para construir un mundo cada vez más humano, unido y pacífico”. (CdM)
Explicación: me puedes dar una corana si te sirve