las monarquías que llegaron a américa latina fueron
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Es un hecho indudable que el nacimiento de los Estados Unidos de América
como pueblo soberano influyó en el ánimo de las clases dirigentes españolas del
Nuevo Continente, creando un precedente insoslayado para gobernantes y súbditos. Pero si este hecho está generalmente consignado por los historiadores no
siempre hay coincidencias con relación a su valor causativo y hay ocasiones en
que este valor llega a ser impugnado. Ya el ministro William Pitt había proyectado
en 1762 que un príncipe real de Gran Bretaña tomara las riendas del gobierno de
las trece colonias americanas. Este príncipe podría ser alguno de los cuatro hermanos del rey George III: Edward, duque de York, William, duque de Gloucester,
Henry Frederick, duque de Cumberland, o Frederick William.
Y asimismo produjo una fuerte impresión en el ánimo de los estadistas españoles de fines del siglo XVIII, de una manera singular en Pedro Abarca de Bolea,
conde de Aranda, y en José Moñino, conde de Floridablanca. Fruto de una impresión de tal índole es la Memoria secreta presentada a Carlos III después de firmado el tratado de París de 17831, cuya paternidad, atribuida al primero, ha suscitado controversias. En ella aparece claro un remedio para salir al paso del
movimiento emancipador hispanoamericano, fríamente intuido, por lo demás, por el
propio conde de Aranda. Me refiero a la división de la mayor parte de los territorios
de la América española en varias monarquías que se mantendrían independientes,
aunque unidas por ciertos vínculos a la Metrópoli o, al menos, con una dependencia sobre la base de dotar de amplia autonomía a la existente organización virreinal. En ambos casos los nuevos reyes o virreyes habrían de ser príncipes de la
sangre, concretamente infantes de España, y el rey de las Españas y de las Indias
asumiría el título de emperador
Explicación:
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