las inspiraciones de bolivar
Respuestas a la pregunta
inspirándose en el modelo de Estados Unidos. Así, una vez lograda la liberación e de Venezuela, se enfrentó a las tropas españolas en Bocayá, donde logró la independencia de la actual Colombia.
Respuesta:
Bolívar nos inspira muchas cosas (incluso las ansias de emulación por parte de algunos “ingenuos”), pero lo que más hace su obra es llevarnos a reflexiones en torno al país y al mundo que queremos. Sin duda, Bolívar jamás hubiese querido que nuestra nación llegase a los extremos del presente, porque ello significaría alejarse de sus más profundas convicciones y de ese anhelo en torno del cual giraron muchas de sus acciones: “la mayor suma de felicidad posible”. ¿Somos felices los venezolanos? Lamentablemente no. Para decirlo con palabras del casi centenario pensador francés Edgar Morin: “somos una sociedad sufriente”. En este punto me asaltan algunas interrogantes: ¿de qué nos ha servido entonces la religión bolivariana y su ingente obra material si no nos ha posibilitado redimirnos como país, y peor aún: si con su excusa hemos sido llevados al extremo de la miseria y de la ruina? ¿De qué nos ha servido los ríos de tinta en torno a la máxima figura de nuestra historia si a la larga la hemos tergiversado, anulado, abofeteado, insultado, profanado y vilipendiado en pos de oscuros intereses? El que hoy se abrace el marxismo es prueba de ello: Karl Marx denostó de nuestro Libertador hasta el extremo de la inquina. ¿Cómo se amalgaman entonces ambas posiciones (el marxismo y el pensamiento bolivariano) sin que de esto resulte una espantosa y aborrecible antinomia?
Si como queda dicho, Bolívar ha sido fuente de inspiración permanente para varias generaciones, que esa obra y ese pensamiento que aún nos deslumbran, sean puntos de partida para la necesaria reconstrucción de Venezuela. Hasta el día de hoy no hemos sido dignos herederos, y ese legado traducido en muchas cosas importantes (patria, honor, ciudadanía, orgullo y horizonte) luce como cosa de un pasado glorioso que contrasta con un presente ominoso. Con William Ospina (en su obra En busca de Bolívar) diré al cierre: “Nunca se estuvo quieto, y no tenía vocación de estatua. (…) Ya no es un militar ni es un político, es un hombre común, un ciudadano. El desafío ahora es otro, y grande. (…) por dónde comenzar de nuevo”.
Explicación:
espero te sirvaa ... me ayudas.con una coronita gracias