Historia, pregunta formulada por pipisrun, hace 8 meses

las ideas más revelantes de el legado de los liberales​

Respuestas a la pregunta

Contestado por saulvelazquez0909
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Respuesta:

Melchor Ocampo.

Resulta que él nació en Michoacán en 1814 y era huérfano, o al menos eso es lo que se sabe de su historia, pero esto cambió en el momento en que fue rescatado por Francisca Xaviera Tapia, una rica hacendada que decidió rescatarlo y criarlo hasta los 17 años.

Esto cambió la vida de Melchor Ocampo, ya que doña Francisca lo nombró su heredero y eso le permitió tener acceso a una excelente educación y viajar por distintos países de Europa, en donde tuvo contacto con ideas liberales y anticlericales que después tendrían una enorme influencia en su postura política.

Primero estudió Derecho, pero renunció a su título, para dedicarse a otras disciplinas científicas, desde botánica hasta química, pasando por filosofía y otras ciencias, se dice que inventó nuevos sistemas de irrigación de plantas.

Era una persona comprometida con el conocimiento y eso lo llevó a formar una buena biblioteca, la cual se conserva en el Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo de Morelia, Michoacán.

Mientras se encontraba en su hacienda y se educaba leyendo mucho, también comenzó a escribir artículos para el periódico liberal “El Filógrafo” y ahí empezó a dejar en claro su postura política. De él podemos rescatar frases como:

“Es ejecutivo, urgente, que demos a nuestros hijos una buena educación civil, honrosas y productoras ocupaciones; que consideremos los destinos públicos como cargos de conciencia y de temporal desempeño, y no como sinecuras y patrimonios explotables; que por estrictas economías y justas distribuciones, gastemos menos de lo que ganamos para ir cubriendo nuestras deudas.” Melchor Ocampo, «Estamos mal educados”, en Escritos políticos.

Aun siendo muy joven su ideología política ya estaba bastante clara y fue después de su viaje por Europa cuando finalmente decidió entrar de lleno en el mundo de la política, primero como diputado por el estado de Michoacán y luego, en 1846, como gobernador de ahí mismo.

Su periodo como gobernador sucedió justo durante la Guerra contra Estados Unidos en la cual él mismo combatió, pero después, cuando se firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo, a Melchor Ocampo le pareció un resultado tan indignante que renunció a su cargo como gobernador.

Durante su destierro en Nueva Orleans, Ocampo conoció a otros liberales importantísimos que también habían sido expulsados de México por la dictadura de Santa Anna, como el mismísimo Benito Juárez. Ocampo y Juárez se hicieron inseparables y desde Nueva Orleáns organizaron una conspiración para apoyar la Revolución de Ayutla que ya había estallado en México. En cuanto Santa Anna huyó del país derrotado por la Revolución de Ayutla, Ocampo y Juárez regresaron y se reunieron con sus otros compañeros del partido liberal para empezar a idear lo que después serían las Leyes de Reforma y Ocampo sería uno de los redactores de la famosa Ley de Desamortización de Bienes Eclesiásticos.

Durante la Guerra de Reforma fue él quien se encargó de conseguir el apoyo de Estados Unidos para el partido liberal, y por eso el Tratado McLane-Ocampo lleva su nombre. Poco después de la firma de ese Tratado, todavía en el calor de los últimos momentos de la Guerra de Reforma, Melchor Ocampo fue capturado por las fuerzas conservadoras y fusilado, en junio de 1861. Su muerte fue un golpe durísimo para los liberales, ellos sintieron que le habían arrebatado a uno de sus más valiosos guías. Ocampo fue un liberal congruente hasta sus últimos momentos, pues en su testamento dejó escritos sus ideales más altos. El testamento decía así: “muero creyendo que he hecho por el servicio de mi país cuanto he creído en consciencia que era bueno.”

Su legado fue tan importante que hasta le pusieron su nombre al estado en donde nació: Michoacán no se llama sólo Michoacán, sino “Michoacán de Ocampo”, aunque en su momento fue juzgado duramente por su participación en el tratado de McLane-Ocampo, que básicamente permitía la libre intervención de Estados Unidos en nuestro país, el tratado realmente nunca entró en vigor y el resto del legado de Ocampo es innegable para nuestra historia.

Francisco Zarco.

Un periodista que marcaría profundamente la historia de México. Fortún, era el seudónimo con el que muchas veces tenía que firmar sus artículos periodísticos, firmaba así por seguridad.


saulvelazquez0909: me pase ;-;
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