Las emociones o sentimientos, son muy importantes en nuestra vida, porque: Reflejan nuestro mundo interno. Nos informan de cómo vivimos, en nuestro interior, lo que sucede a nuestro alrededor. Esto nos permite conocernos mejor y satisfacer nuestras necesidades y deseos y entender muchas de nuestras conductas.
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Dios te bendiga
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Explicación:
Dirigen una gran parte de nuestras conductas.
Nos indican cómo estamos evaluando y juzgando las diferentes situaciones que vivimos.
Nos ayuda a tomar decisiones, porque por mucho que analicemos y pensemos sobre los pros y contras de las cosas, al final, lo que sentimos como resultado de dicho análisis, nos lleva a elegir.
Nos permite darnos cuenta de nuestros pensamientos y actitudes y nos ayuda a cambiarlos, cuando es necesario.
Facilita nuestra adaptación al medio ambiente y nos ayuda a actuar adecuadamente.
Por ejemplo:
El enojo nos indica que algo nos está molestando y nos motiva a solucionarlo.
El miedo nos sirve para reconocer que nos enfrentamos a una situación que puede ser peligrosa y nos ayuda a protegernos.
La tristeza nos señala que estamos frente a un hecho doloroso y nos impulsa a una reorganización.
La alegría destaca circunstancias placenteras y benéficas y nos estimula a buscar otras similares.
Nos ayudan a relacionarnos mejor.
Expresar abierta y adecuadamente nuestras emociones, nos ayuda a relacionarnos mejor, porque:
Facilita una mayor intimidad.
Permite que las otras personas nos conozcan mejor y nos puedan entender con mayor facilidad.
Cuando no expresamos nuestros sentimientos, las personas tienden a suponer o adivinar lo que nos sucede y esto puede generar conflictos.
Puede regular la conducta de los demás, porque les muestra que actitud tomar frente a nosotros en esos momentos.
Las emociones conocidas como primarias (miedo, sorpresa, aversión, ira, alegría y tristeza), son reacciones que pueden surgir de forma automática.
Son intensas y de corta duración.
Si cualquier emoción se prolonga, es porque está siendo "alimentada" por nuestros pensamientos.