Las dos maneras distintas de entender la democracia son
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Con los ojos del mundo puestos encima, Venezuela está encarando la aplicación democrática de su novedoso principio constitucional, que prevé la revocatoria a medio mandato de sus autoridades electas. Esto es un hecho inédito, pues, hasta aquí, las reglas de la democracia formal, no contemplaban, en ninguna parte, este tipo de cambios a medio camino, menos aún en lo relacionado con la investidura presidencial. Es un hecho innovador, también, que en ese país la Constitución se haya convertido en el libro de cabecera de todo el mundo, haciendo de su puesta en práctica una suerte de guía para la participación ciudadana, eje que figura como prioritario para la revolución bolivariana. Pero, si esta ampliación de la ciudadanía es nueva para el pueblo, no lo es para las élites, impulsoras de la revocatoria presidencial, que además de su legendario monopolio del poder político, ostentan la propiedad del 60% de las tierras, de la casi totalidad de los medios de comunicación, de la industria y las relaciones comerciales, y que han beneficiado, además, ampliamente de los jugosos réditos petroleros. De allí que lo que sucede en Venezuela, está matizado de complejidades de distinto orden, ya que por una parte la llegada al poder de Hugo Chávez, además de sacudir la jerarquía tradicional del grupo minoritario, ha develado la histórica polarización socioeconómica, pues la pretensión de colocar los intereses colectivos, aquellos de los/as pobres, al centro de su gestión política, los ubica como actores centrales del devenir del país y eso es nuevo. ¿Por qué temen a Chávez? Por otro lado, el llamado a la participación popular, ha reavivado expectativas de cambio en los grupos discriminados, que se movilizan en defensa de Chávez, no solo por su mentado carisma, sino porque políticas tales como la de reforma agraria, alfabetización, eliminación de los costos de matrícula escolar, salud popular, desarrollo de infraestructura básica en áreas marginadas, soberanía alimentaria, y la creación de instituciones como el Banco de la Mujer y aquel del Pueblo, el Instituto Nacional de Tierras y otros, tienen que ver directamente con sus intereses y motivaciones. Las élites califican estas medidas de "comunistas", y aunque ninguna de ellas atente directamente contra sus intereses, la resistencia aparece como un asunto de principios, que tienen que ver, además, con su desconfianza frente al potencial de los grupos y etnias discriminadas para ocuparse de los asuntos del Estado
Explicación: