¿ Las comunidades originarias de la region participaron activamente en la independencia ?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Es paradójico que segmentos importantes de la población indígena y negra, en vez de apoyar con entusiasmo la causa de la Independencia se opusieron a ella y a sus principales líderes. Así pasó en Pasto, en Iquicha (cerca de Ayacucho), inmediatamente después de la batalla que selló la separación de las colonias españolas en América del Sur (Cuba y Puerto Rico siguieron en esa condición hasta finales del siglo XIX), y también en varias regiones de México y en la Araucanía de Chile, ¿cómo explicarlo?
Hasta el momento las escasas investigaciones muestran que en el caso de Pasto la oposición se produjo ante el acecho y el cerco de los quiteños; la imposición del tributo; el dislocamiento de la figura del Rey como su protector y referente sagrado; el desconocimiento de sus autoridades étnicas; el ataque a la religión católica, y el hecho de haber contado con aliados interesados entre la población criolla y negra del Patía.
De otra parte, descifrar el significado de la participación de la población negra implica ir más allá de esta generalización. Para empezar, hubo negros esclavos y libertos; “bozales” y ladinos; y urbanos y rurales trabajando en el campo o en las unidades domésticas, hombres y mujeres, para no mencionar la cascada inacabable del proceso de amestizamiento que produjo zambos, mulatos y pardos, entre otras mezclas.
Historiadores como Alfonso Múnera, Óscar Almario, Francisco Zuluaga y Marixa Lasso han ayudado a comprender que la participación de los libres y los pardos fue efectiva en la radicalización y en el desenlace de la Independencia de Cartagena el 11 de noviembre de 1811, pero que igualmente inspiraron el terror de las élites por la amenaza a sus vidas y a sus bienes. Las preguntas que surgen son: ¿buscaron la igualdad o la libertad frente a sus amos o frente a España, qué ocurría con los esclavos?
Mucho antes de la crisis de la Independencia la población negra había iniciado un proceso irreversible de liberación frente a sus amos, a través de su evasión y fuga para constituir esos “espacios de libertad” que fueron las “rochelas”, los “palenques” y los “quilombos”. Pero durante la guerra patriotas y realistas los reclutaron por medio de la persuasión o de la fuerza, con la promesa de otorgarles la libertad, promesa que por cierto no cumplieron. Ni José de San Martín ni Simón Bolívar hubieran obtenido sus logros de no haber contado con estos contingentes.Con respecto a las consecuencias de aquella participación, oposición o abstinencia de los indígenas en el proceso, pareciera que su rechazo fue premonitorio porque los liberales afectaron de manera negativa sus intereses en pocos años en el siglo XIX, lo que no pudo conseguir el ordenamiento colonial anterior, es decir que perdieron tierras, resguardos, protección, e incluso el derecho al voto reconocido por la Constitución española de 1812. Mucho más adelante, y como resultado de intensas protestas, finalmente estos derechos conculcados les fueron restablecidos.
En relación con los negros, en el continente no se reprodujo nada similar a lo ocurrido en Haití, y aún así no pudieron alcanzar su libertad sino hasta mediados del siglo XIX, aunque su participación en las guerras, como lo reconoce el historiador Óscar Almario, profesor de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, desorganizó la actividad minera en el Pacífico neogranadino y debilitó las bases de la reproducción del sistema esclavista en el sector minero.
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Explicación:
no, la Independencia no fue fruto de una toma de conciencia nacional del pueblo peruano, puesto que las grandes mayorías estuvieron ausentes del proceso.