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Respuestas a la pregunta
Respuesta:
EL RESUMEN DE LA VIEJA QUE ENGAÑO A LA MUERTE:
La vieja que engaño a la muerte. Puede ser verdad, puede que no lo sea, pero había una vez una vieja muy vieja. Era realmente muy pero muy vieja, más vieja que el jardinero que plantó el primer árbol del mundo. Sin embargo, estaba llena de vida y la idea de morir le quedaba muy lejos.
Explicación:
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INICIO
una vieja muy vieja. Era realmente muy pero muy vieja, más vieja que el jardinero que plantó el primer árbol del mundo. Se pasaba el día atareada en su casa lavando, limpiando, guisando, cosiendo, planchando y quitando el polvo. Un día, la Muerte se acordó de la vieja y fue a llamar a su puerta. La anciana estaba haciendo la colada* y dijo que, justo en ese momento, no podía irse. por lo tanto, la muerte haría mejor en volver un día después. entonces, mañana a la misma hora- dijo la Muerte, y escribió con tiza en la puerta: “Mañana”.
NUDO
Al día siguiente, la Muerte volvió para llevarse a la vieja. -Pero, señora Muerte, sin duda usted se ha equivocado. Mire la puerta y verá cuál es el día fijado para venir a buscarme la Muerte miró la puerta y leyó: “Mañana” fue al día siguiente. La vieja la recibió con una sonrisa y le dijo: -Pero, señora Muerte, usted se ha equivocado otra vez y así la historia continuó durante todo un mes. Pero la Muerte acabó por cansarse. El último día del mes le dijo: -¡Me estas engañando, vieja! Mañana vendré a buscarte por última vez borró de la puerta lo que ella misma había escrito y se fue.
FINAL
La viejita no pegó ojo en toda la noche, pero no llegó a idear nada. Me esconderé en el barrilito de la miel- se decía la vieja-, Y se escondió en el barrilito de la miel, dejando fuera sólo la nariz. de repente pensó: la muerte es muy astuta Salió del barril y fue a esconderse en una cesta llena de plumas de ganso. de repente pensó: la Muerte es astuta, En el momento en que salía de la cesta, la Muerte entró y no llegó a ver a la vieja por ninguna parte. En su lugar vio una figura terrible. La muerte se asustó tanto que puso sus pies en polvorosa, huyó y nunca más volvió a buscar a la vieja.