¿La unión soviética sabía que el régimen nacionalista estaba preparando un arsenal nuclear con el fin de bombardear algunas de sus ciudades?
Respuestas a la pregunta
Respuesta
a historia de la bomba atómica soviética, incluyendo igualmente el pronto inicio de las investigaciones rusas sobre la bomba de hidrógeno , está contenida en un estudio muy técnico, que consta de centenares de páginas, y que ha sido terminado recientemente, después de ocho años de investigación de alcance mundial y altamente reservada por parte de los servicios de espionaje norteamericanos. Entre las fuentes consultadas para la realización del estudio figuran científicos soviéticos que participaron en el proyecto de la bomba A, algunos de los cuales viven en el extranjero y otros todavía permanecen en Rusia. De hecho, ya en 1939 el Gobierno soviético creó una Comisión del Uranio, avanzadilla del proyecto soviético nuclear. Curiosamente, el presidente Roosevelt no aprobó la creación del Comité del Uranio, avanzadilla del Proyecto Manhattan, hasta 1940.
El Gobierno de Estados Unidos desconocía la existencia de la Comisión del Uranio soviética, y el hecho de que ambos grupos secretos eligieran nombres casi idénticos fue pura coincidencia. Sin embargo, como señala el estudio de los servicios de inteligencia, en 1939 no existían reservas de uranio ni de depósitos conocidos de mineral susceptibles de explotación industrial. Así pues, Igor Vasilyevich Kurchatov, Un importante físico soviético que se convirtió en el padre de la bomba atómica soviética , tomó la sorprendente medida de intentar comprar en 1940 al Gobierno alemán un kilogramo de uranio refinado. El barbudo Kurchatov, que entonces tenía 36 años , y tres de sus colaboradores presentaron de forma simultánea a la Comisión del Uranio un plan para un rápido desarrollo de la industria atómica hasta llegar a la etapa de la explosión nuclear.
Comenzó una gran búsqueda de uranio, y, en palabras del estudio a que nos venimos refiriendo, "se puede decir que éste fue el modesto principio del proyecto atómico ruso".
Un artículo revelador
Por ejemplo, es evidente que la Embajada -norteamericana en Moscú no se percató de un artículo que apareció en el diario gubernamental Izvestia, bajo el título "Uranio", el 21 de diciembre de 1940. Este artículo por sí solo debería haber alertado a Washington, donde el presidente Roosevelt acababa de poner en marcha el gran esfuerzo norteamericano ha cia la consecución de la bomba atómica en el incipiente Proyecto Manhattan. Groves pasó a dirigir el Proyecto Manhattan, lo que de hecho significó que el Ejército norteamericano se hacía cargo del desarrollo de la bomba atómica. Según el estudio de los servicios de espionaje, Stalin entonces "llamó a los expertos más destacados" y les preguntó "sobre la posibilidad de realizar una bomba atómica rusa y sobre si era posible hacerlo rápidamente".
De todas formas, Stalin ordenó el inicio de un programa completo para conseguir la bomba atómica, tras presidir una reunión de científicos y funcionarios del NKVD en Volynkoye, cerca de Moscú, en abril de 1942. Sin embargo, la carencia de uranio continuaba siendo un problema que paralizaba todo intento de crear armamento soviético atómico. Los geólogos que participaban en una prospección de uranio especial llegaron incluso a tener en cuenta leyendas del folklore de Asia Central como posibles indicios de la presencia de mineral de uranio. De hecho, la política de posguerra de Estados Unidos se basaba en el supuesto de que los rusos no tenían uranio y, por tanto, no podían producir armas atómicas durante una década o más.
Según el estudio de los servicios de espionaje, el paso siguiente dado por el NKVD fue organizar la extracción del mineral y la construcción de fábricas de concentrado de uranio.
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