La Sra. María Parra, es una pensionada, de 60 años de edad y hace 4 años tiene a su cuidado a su único nieto Samuel Inostroza de 5 años de edad.
Los padres del menor Cristián Inostroza y Graciela Maldonado, se encuentran recluidos en el centro penitenciario por haber sido condenados por tráfico de drogas. Ambos padres son drogadictos hace más de 7 años, ella intentó ayudarlos en innumerables ocasiones pero todo fue infructuoso, ambos recayeron en ello.
Cuando nació Samuel, la Sra. María se preocupó de cuidarlo puesto que los padres, salían de noche y volvían al otro día drogados, ocupándose ella de las necesidades básicas del menor, incluso lo matriculó en Kínder de una escuela especial de lenguaje. Pero ahora sabe que los padres están por salir de la cárcel y no quiere entregarle al menor por miedo.
Bajo esta situación:
¿En qué situación se encuentra la señora María, qué puede hacer para no entregar al menor y mantener el cuidado de él?
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La señora María puede hacer uso de los mecanismos de protección a la infancia que indudablemente tomarán la mejor decisión para salvaguardar la integridad del menor. Los padres deben tomar la responsabilidad sobre su hijo, sin afectar su vida. De manera pues que el juzgado tendrá que decidir sobre el futuro del pequeño.
Apoyada en un abogado penal, compilando y presentando las evidencias pertinentes y los historiales penales de los padres, la decisión más acertada será dejar la custodia del mismo en sus manos, mientras que los padres serán sometidos a custodia, rehabilitación, obligados a la manutención de sus hijos y con algún tipo de permiso para visitas de así considerarlo y dependiendo de los niveles de adicción de los padres.
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