La sociedad en el Antiguo Regimen estaba dividida en 3 órdenes: 1°: los nobles; 2°: el clero. ¿Quiénes integraban el llamado Tercer Orden?
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Respuesta:
Explicación:Eran todos los que no pertenecían ni al clero ni a la nobleza. De 28 millones de habitantes, eran cerca de 27 millones y medio. Según una cita de Abbé Siéyès, son "un todo que no es nada pero que aspira a ser cualquier cosa". Comprendían un amplio espectro heterogéneo de aspectos sociales: campesinos rurales, burgueses ricos de las ciudades, artesanos, obreros, pequeños comerciantes, pobres y mendigos itinerantes.
No tenían en general derechos especiales ni privilegios, sino que al contrario, soportaban todas las cargas impositivas: los impuestos eclesiásticos (diezmo), los señoriales directos e indirectos, los reales (la taille), etc. Sus principales reivindicaciones eran la igualdad impositiva. Estaban dentro del fuero de la justicia ordinaria de donde vivieran. No tenían muchas posibilidades de movilidad social o inserción en otros órdenes, excepto en el del clero, o en el caso de los burgueses ricos que pudieran comprar títulos o posiciones. Socialmente, los matrimonios de la nobleza con ellos no eran consentidos por los padres en absoluto.
Los burgueses, a su vez, estaban dividos en alta y mediana burguesía. Los primeros llevaban un tren de vida fastuoso; tenían negocios financieros o comerciales, o invertían en la industria textil o agrícola; estaban, por su modo de vida, cerca de los nobles, y pretendían imitarlos en todas sus costumbres. Esta clase irá teniendo cada vez más influencia política, hasta determinar la caída de la monarquía en 1789. La mediana burguesía eran propietarios de pequeñas tierras, rentistas, gente con profesiones liberales, hombres de ley, etc. Vivían sobre todo en zonas rurales y hacían grandes esfuerzos y ahorros para que sus hijos accedieran a la escala superior de la burguesía. El típico ascenso social era poder casar a sus hijos con gente de la alta burguesía, acceder a cargos administrativos en el gobierno, y poder llegar a comprar algún título de nobleza que les diera mayores privilegios. Tenían que pagar los impuestos reales y eclesiásticos, pero se beneficiaban con los impuestos directos señoriales, como los céntimos, las gabelas, o las banalidades (impuesto por usar los molinos u hornos señoriales).
Por debajo de la burguesía se situaba todo el campesinado rural, los obreros y los artesanos. Los campesinos eran generalmente propietarios de sus tierras (o más bien, usufructuarios): los que tenían más de 20 hectáreas vivían más cómodamente, pero los 3/5 del campesinado eran dueños de parcelas de entre 2 y 5 hectáreas. Su vida era regida por su señorío, la comunidad rural, la parroquia y sus familias. Dentro del señorío estaban sujetos a la justicia del señor dueño de las comarcas. Tenían una viva tradición oral, compensando el analfabetismo, que era muy grande entre ellos. Los "sin tierra", una gran masa de gente, vivían sólo para subsistir, de sus manos y de sus brazos. Los campesinos eran los que mayor cantidad de impuestos pagaban. No tenían ninguna posibilidad de ascenso social, excepto en el bajo clero. Los artesanos urbanos estaban agrupados en asociaciones por oficios, que luchaban por sus reivindicaciones, aunque su condición de vida era igualmente precaria. Trabajaban en grandes industrias como la de los Gobelinos o la de porcelana de Sèvres, en París. A fin del siglo XVIII un mayor desarrollo industrial y la aparición de máquinas de vapor permite dar más trabajo y mejorar las condiciones sociales. Las corporaciones de obreros y artesanos son suprimidas con la Revolución Francesa.