“La sociedad de la representación”
̈En la ciudad capital llamaban la atención las grandes mansiones de la gente adinerada, de los nobles. Junto con los edificios
públicos, las iglesias y conventos constituían la riqueza arquitectónica de que se vanagloriaba los citadinos y que admiraban
los visitantes. Por lo general, la mayoría de los dueños de estas mansiones eran ricos hacendados y pudientes mineros,
visitantes temporaleros de sus propiedades, pero radicados en la ciudad, desde donde controlaban con eficacia el crecimiento
de sus riquezas.
La vida en la capital propiciaba el contacto entre familias, dando lugar al cumplimiento de los rituales que mantenían la
continuidad de su identidad como grupo: misas de gallo, tertulias, bailes, comilonas y reuniones de salón, donde, entre el
frufrú de las sedas y el vuelo de los abanicos tejían las alianzas matrimoniales y la diversificación de las inversiones. Entre la
zona donde se ubicaban estos fastuosos edificios y los alrededores de la ciudad se daba un gran contraste. En sus límites,
donde empezaba a deshilacharse el urdido tapete de la traza, se congregaba la población indígena. En sus barrios
predominaba el jacal de adobe con una sola pieza. Ahí la ciudad hacía caso omiso del decoro, y las calles, las plazas y los
mercados florecían sin planeación. "Hasta 2000 indios no residentes entraban diariamente a la ciudad para realizar sus
negocios y gozar de placeres. La plazuela del Volador era el lugar favorito de reunión de los campesinos indígenas, muchos
de los cuales se embriagaban". Costumbre adquirida después de ser conquistados, cuando también aprendieron a participar
de las procesiones y de los carnavales, de los que más tarde serian separados.
Otros grupos sociales que no pertenecían ni a la élite ni a los pueblos de indios, habitaron las zonas cercanas a la periferia.
"Detrás de los hermosos palacios de rojo tezontle y gris piedra chiluca fueron apareciendo las casas de la gente de medio
pasar, las accesorias y vecindades [de los] artesanos, empleados, pequeños mercaderes, jornaleros y los numerosos pobres
que hacían de la limosna su oficio". En la ciudad, también ahí donde se diluía la traza, en los barrios, "no faltaban nunca,
multitud de pequeños espectáculos callejeros del agrado del pueblo: maromas, títeres, [exhibición] de animales exóticos,
fuegos ilíricos, mujeres y niños deformes, máquinas de hombre invisible; "Diversiones todas, que debían contar con la
aprobación del ayuntamiento, que las limitaba sólo por temor a los excesos. Así, en la calle, en las plazas, donde la vida
citadina era el espectáculo por excelencia, la representación jerarquizaba papeles principales y de comparsa, bien como
drama, bien como comedia.
Con base en la lectura, reflexiona acerca de las siguientes preguntas:
1.- ¿Puedes notar las diferencias sociales y los lugares que habitaban, que se describen en la lectura?
2.- Describe las actividades que realizaban las personas, de acuerdo a su clase social.
3.- ¿Qué festividades o diversiones se mencionan en la descripción de la lectura?
4.- ¿Qué cosas de las que se describen en la lectura, se siguen viendo en tu ciudad o comunidad como parte de la vida
cotidiana de la sociedad?
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En la cuidad capital llamaban la atención las granded mansiones
La vida en la capital propiaciaba el contacto entre familias
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