La semilla cayó en cuatro logares distintos cual de ellos manifiesta mas claramente al reino de ¿Dios porque?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Otra vez comenzó Jesús a enseñar junto al mar, y se reunió alrededor de él mucha gente, tanto que entrando en una barca, se sentó en ella en el mar; y toda la gente estaba en tierra junto al mar. Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina: Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.
Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola. Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados. Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? El sembrador es el que siembra la palabra. Y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones. Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan. Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno."
Una nueva etapa en el ministerio de Jesús
Ya hemos considerado en un estudio anterior, que aunque el Señor todavía tenía su centro de operaciones en Capernaum y que desde allí alcanzaba las ciudades vecinas del litoral del Mar de Galilea, sin embargo, trasladó su predicación fuera del ambiente de la sinagoga al aire libre. Y en este pasaje, vamos a ver que también cambió su forma de predicar, ya que comenzó a enseñar por medio de parábolas.
¿Por qué estos cambios en el ministerio de Jesús?
Marcos nos ha presentado previamente la reacción negativa de los religiosos fariseos y también la de sus familiares (Mr 3:6) (Mr 3:21). Ellos habían tenido un enorme privilegio que no habían querido aprovechar. El mismo Hijo de Dios había estado enseñando y llevando a cabo grandes milagros en medio de ellos, pero en lugar de reconocerle como el verdadero Mesías, lo habían menospreciado. Rehusaron deliberadamente aceptar todas las credenciales que le identificaban como el Mesías y le rechazaron al punto de atribuir sus obras al mismo Satanás (Mr 3:22). Con esta actitud, los líderes del pueblo de Israel habían llegado más allá de todo arrepentimiento posible.
Pero no todos habían reaccionado de la misma manera. Muchos del pueblo todavía le seguían, y aunque es cierto que algunos lo hacían porque querían ser sanados de sus enfermedades o tenían otros intereses materiales, sin embargo, también había un grupo de discípulos que escuchaban su Palabra y aceptaban su autoridad. Esta situación llevó a Jesús a formar dos grupos claramente diferenciados:
"Los que estaban cerca de él con los doce" (Mr 4:10-11), a los que les declaraba los "misterios del reino" que eran ilustrados por medio de las parábolas.
"Los que están fuera, por parábolas" (Mr 4:11). No eran discípulos, no estaban abiertos a entender ni obedecer al señorío de Cristo. No es que el Señor los colocara fuera, sino que quedaban fuera por falta de deseos de entrar y entonces, no viendo más que la forma externa, no comprendían el mensaje espiritual de las parábolas.
Explicación: