la riqueza del auditorio Ejemplos
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Chido, equis, padre, cañón… (y otras palabras que no repetiré) son expresiones utilizadas comúnmente en el lenguaje coloquial de los jóvenes mexicanos. Los profesores entendemos la necesidad que tienen nuestros alumnos de comunicarse a través de códigos para afianzar las relaciones interpersonales, pero también nos preguntamos, ¿qué podemos hacer al respecto? Cuando descubrimos que los jóvenes, casi profesionistas, no pueden evitar trasladar esas mismas expresiones al ámbito profesional; aunque platican muy a gusto con sus amigos, los percibimos nerviosos e inseguros cuando tienen que defender sus ideas ante una audiencia más grande, con los profesores o con sus mismos colegas de trabajo.
¿Existe una relación entre esos síntomas y el hecho de tener una limitada capacidad de comprensión de textos complejos? ¿Cómo se relacionan sus dificultades de expresión oral con la generación de reportes o escritos propios que son inconexos y de muy baja calidad lingüística?
“Algunas actividades que ayudan a incrementar el vocabulario de los estudiantes son los debates, concursos de videos cortos, improvisación teatral, lectura de textos en voz alta, apreciación musical, así como también realizar paralelamente una evaluación de cada una de estas estrategias para monitorear los resultados”.
- Patricia Carattozolo -
A partir de estas inquietudes es que surgió el proyecto “Diseño de estrategias didácticas para potenciar la riqueza léxica de los jóvenes”. Trabajamos sobre la idea de que el lenguaje, además de ser un medio de comunicación, es la herramienta más importante para pensar y que cuanta más riqueza léxica tenemos, podremos entender mucho mejor la información que leemos y expresar nuestras propias ideas. Por otra parte, un vocabulario más extenso mejora la capacidad de analizar y comprender conceptos abstractos. [1] [2] [3].
Nuestra hipótesis al plantearnos la posibilidad de desarrollar este proyecto NOVUS de investigación fue que a mayor cantidad de vocabulario, correspondía una mejor capacidad de razonamiento y argumentación. Y fue por ello que pensamos que los problemas planteados en el primer párrafo son en realidad síntomas de un problema central que podíamos expresar sencillamente así: El vocabulario de los jóvenes se va reduciendo en su vida universitaria, posiblemente a menos de 800 palabras.
Este problema fue planteado por primera vez por la profesora inglesa Jean Gross, especialista en lenguaje y comunicación de los jóvenes, cuando en 2010 concedió una entrevista al periódico The Telegraph y activó todas las alarmas gubernamentales explicando que los jóvenes no podrían conseguir buenos trabajos debido a su reducido lenguaje [4]. Sus estudios sobre lenguaje pueden leerse en su libro Time to Talk, de 2017.
Nuestro proyecto consistió en tres etapas: en la primera etapa tratamos de descubrir los factores que causaban la reducción del vocabulario en los jóvenes. A continuación, presento un resumen:
Practican continuamente actividades pasivas de tipo visual que contienen textos cortos, sencillos y pre-digeridos que provocan que no puedan concentrarse en otras actividades que requieren esfuerzos cognitivos como la lectura de textos largos.
Se relacionan con sus amigos a través de las redes sociales virtuales (no en persona), por lo tanto, prácticamente no escriben ningún texto en el día a día.
Tienen contacto diario con lo que denominaremos escritura simplificada (Instagram, Facebook, Twitter, Snapchat, WhatsApp) que profundiza la brecha con las estructuras verbales más complicadas como las de una conversación “en persona”, o la lectura de una novela o la escritura de un texto complejo.
espero te ayude grasias