Ciencias Sociales, pregunta formulada por bobbarchalona1207, hace 6 meses

la religión como fuente de poder exponentes San Agustín principales ideas​

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Contestado por luhanarominasandoval
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Respuesta:

El filósofo español Julián María, decía que no existe una Filosofía cristiana, sino

más bien un filosofar en la fe. De igual manera, Rafael Gambra, otro pensador español,

afirma que el cristianismo no es una filosofía, sino una religión. Visto así, entonces,

conviene identificar primeramente qué tipo de relación fue la que se generó entre el

cristianismo y la filosofía y en la que San Agustín, obispo de Hipona, se convertiría en su

más emblemático y genial exponente bajo la tradición filosófica cristiana en su apogeo de

los primeros siglos.

El cristianismo debe la entrada de la filosofía en su sistema teológico a dos grandes

figuras: Clemente de Alejandría y Orígenes, padres de la Iglesia de los siglos I y II. Ambos

teólogos, se formaron en dos grandes escuelas teológicas; Alejandría y Antioquía. La

primera cultivó un marcado interés por la investigación metafísica del contenido de la fe y

la preferencia por la filosofía platónica y la segunda puso su énfasis en la filosofía de corte

aristotélico.

Bajo esta influencia se puede desprender que en la medida que el cristianismo se

fue expandiendo tuvo la imperiosa necesidad de exponer, con mayor claridad y férrea

defensa, sus verdades y su moral frente a sus adversarios. Esta actitud apologética de los

padres de la Iglesia, que llegarían a hacer uso de categorías filosóficas para dar razón de su

fe en la formulación de los dogmas cristológicos principalmente, llegaría a su apogeo en

la persona de un pensador africano de gran talante y de una mente brillante y creadora por

excelencia como lo fue Aurelio Agustín.

Aún cuando hubo detractores, dentro del mismo cristianismo de los primeros siglos,

que no conciliaban una relación entre Filosofía y Teología, por la misma naturaleza del

objeto de su conocimiento (fe y razón); como un Tertuliano, que se opondrá enérgicamente

a la filosofía; emergerá también un Justino, que mostrará su simpatía por ella y el mismo

recibirá el seudónimo de “el filósofo”. Pero será sólo hasta la aparición de San Agustín que

la Filosofía entrará por la puerta ancha y se le impondrá un sí positivo.

Dentro de lo que podríamos señalar como relación entre cristianismo y filosofía está

el hecho que la llamada filosofía cristiana será el resultado de un intento de síntesis entre

dos supuestos fundamentales de la tradición filosófica pagana; por un lado, la

inteligibilidad natural del mundo y la razón como facultad principal del conocimiento y por

otro, las verdades reveladas por la nueva religión.

No siendo el cristianismo una filosofía, por cuanto el conocimiento que aporta

proviene del dato de la revelación y no de la razón, éste, con fines apologéticos, utilizó las

categorías filosóficas griegas para dar razón de su fe y de su verdad moral. Los primeros

cristianos, que hicieron uso de esta ciencia fueron llamados Padres de la Iglesia, por

consiguiente a la filosofía cristiana se le llama Patrística.

Algunas de las características principales que tuvo la influencia del cristianismo en las

circunstancias históricas particulares de la época fueron las siguientes:

a) Creó un campo nuevo de conocimientos

b) Su objeto es la revelación divina recibida por la fe

c) El centro de la verdad está en Dios, destino supremo y trascendente y no en la

razón.

d) Tendió un puente entre la filosofía y la fe bajo el concepto del logos.

La filosofía patrística se alimentó de tres vertientes:

1. El neoplatonismo. Se constituyó en un aliado natural del cristianismo pues adopta

elementos aristotélicos, estoicos y pitagóricos y los entrecruza sutilmente con

inquietudes religiosas orientales.

2. El aristotelismo. Resultó más difícil el uso de sus categorías en el plano teológico

por su carácter empirista y materialista.

3. El estoicismo. El alma de esta corriente fue su ética, que glorifica al hombre, que

frente a sus pasiones, entendida como impulsos desordenados nacidos de juicios

erróneos sobre valores, permanece imperturbable ante los placeres y el dolor,

poniendo la virtud por encima de ellas.

En su evolución histórica, podríamos mencionar tres periodos que se destacan de la

filosofía patrística:

1. Periodo de iniciación o formación. (siglos I al IV a.C)

2. Periodo de transición. (siglos V al VIII a. C)

3. Periodo escolástico, (siglos IX al XIV a. C); que a su vez se divide en:

a) Periodo de iniciación (siglos IX a XI)

b) Periodo de madurez (siglo XIII). Abelardo, San Bernardo

c) Siglo de Oro. (siglo XIII). Aristotelismo cristiano

d) Periodo de decadencia (siglo XIV).

La evolución espiritual de San Agustín

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