La relación entre una mujer y sus hermanos es una función?
Respuestas a la pregunta
Explicación paso a paso:
no, espero y te sirva por qué a nadie le sirve
Explicación paso a paso:
Tu hermano (o hermana) es la persona que caminó junto a ti a lo largo de la infancia y adolescencia; que aprendía a vivir, a sentir y a querer mientras aprendías tú también. Un hermano es, al fin y al cabo, el único amigo que la naturaleza te impone y también el que más tiempo lleva ahí. ¿Cómo no va a ser relevante, entonces, la relación entre hermanos?
A la hora de analizar las relaciones familiares, solemos centrarnos en los vínculos de padres e hijos; pero puede haber otras figuras relevantes, como los hermanos. La relación entre hermanos puede ser casi igual de trascendente para comprender quienes somos hoy, que el vínculo con nuestros padres.
A grandes rasgos, la relación entre hermanos puede ser fuente de seguridad mutua y de afecto bidireccional. Suele ser la primera relación de igual a igual que se tiene en esta vida, a través de la cual nos entrenamos para relacionarnos con otras personas en igualdad de condiciones.
Para llegar a tener una buena relación entre hermanos, tuvimos que aprender a gestionar ciertas emociones contradictorias; a la vez que encontramos afecto, cercanía y complicidad, tuvimos que aprender a sobrellevar los celos y las rivalidades clásicas, las bromas y los «chinches».
Por desgracia, algunas personas no consiguen gestionar adecuadamente la relación con sus hermanos y acaban generando sentimientos bastante tóxicos, como la envidia o el odio, que pueden llegar a marcar el desarrollo de su personalidad y de su forma de relacionarse de una manera realmente negativa.
Los hermanos, generalmente, favorecen el desarrollo de habilidades sociales en el trato con los iguales, lo cual puede ser el trampolín perfecto para hacer futuras amistades o aprender a resolver conflictos entre amigos y compañeros. Y es que esas peleas que tuvimos de pequeños fueron nuestro campo de entrenamiento para solucionar los conflictos de la vida. Con ellos aprendimos a compartir, a negociar, a ceder o a defender lo que creíamos justo. Tú hermano ha visto todas tus modalidades emocionales y ha aprendido a gestionarlas junto a ti.
Pero creo que lo más valioso que nos ofrece un hermano es el valor de la amistad incondicional. Yo recuerdo haber tenido en mi hermano a un compinche incomparable, un compañero de juegos y aventuras que hizo de mi infancia un lugar alegre y divertido. Pero la amistad entre hermanos puede aparecer en cualquier momento de la vida, siempre y cuando no haya heridas profundas y activas que impidan ese vínculo.