LA RANA QUE QUERÍA SER UNA RANA AUTÉNTICA
Augusto Monterroso
Había una vez, en un enorme estanque, una rana que quería ser una rana auténtica, y todos los días se esforzaba para ello.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse, a vestirse y desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena rana, que parecía pollo. (Monterroso, s/f)
-Pregunta a desarrollar: ¿Cuál es su juicio de valor ante la fábula narrada? (máximo 50 palabras)
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Emmm pos lo que yo se es que no importa cuanto quieras la opinión de los demás eso te ara mas daño por eso no importa la opinión de los demás mientras te quieras tu mismo
Explicación: lo que entiendo si no te sirve lo entenderé porque tenemos aprendizajes diferentes
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