Salud, pregunta formulada por naycontabeis6683, hace 1 mes

la promoción del uso racional de los medicamentos y la atención al cliente, son algunos de los elementos principales de

Respuestas a la pregunta

Contestado por alguienxd2912
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Respuesta:

médico (UNLP). Doctor en Medicina, (UBA). Especialista en Farmacología Clínica (UBA). Postgraduado en Administración Sanitaria (USAL) y en Epidemiología (ANM). Integrante de la ANMAT desde 1993.

En 1985, en la Conferencia de Expertos en Nairobi, la utilización de los medicamentos pasó a ocupar el primer plano de la agenda internacional. Se consensuó el Uso Racional de Medicamentos (URM). Este concepto consiste en que los pacientes reciban la medicación adecuada a sus necesidades clínicas, en las dosis correspondientes, durante un período de tiempo adecuado y al menor costo posible para ellos y la comunidad (OMS, 1985).

El URM abarca la adquisición, producción, distribución, almacenamiento, dispensación, prescripción y utilización, entendiéndolas como parte del mismo proceso.

En mayo de 2010, en una publicación de la OMS, se divulgó que se “…calcula que más de la mitad de los medicamentos se prescriben, dispensan o venden de forma inapropiada, y que la mitad de los pacientes no los toman correctamente…”. El uso incorrecto de fármacos abarca la polifarmacia; consumo excesivo de antibióticos e inyecciones; la prescripción no ajustada a directrices clínicas; automedicación inapropiada; siendo las principales complicaciones que se encuentran mayormente en el uso incorrecto de los medicamentos.

El uso incorrecto de medicamentos genera un escenario nocivo para los pacientes y trae aparejadas importantes consecuencias a nivel de la salud pública: resistencia a los antimicrobianos, reacciones adversas a los medicamentos, errores de medicación, desperdicio de recursos, pérdida de confianza del paciente, etcétera.

La prescripción de un fármaco es un proceso deductivo, basado en información acerca de un problema de salud. La prescripción debe ser precedida por adecuada anamnesis, para llegar a un diagnóstico presuntivo, e indicar el medicamento adecuado.

La prescripción racional debe tener presente:

Definir el o los problemas del paciente.

Especificar los objetivos terapéuticos.

Diseñar un esquema terapéutico apropiado para el paciente.

Escribir la receta (iniciar el tratamiento).

Brindar información, instrucciones y advertencias.

Supervisar la evolución del tratamiento.

Definir el problema del paciente. El problema por el cual el paciente consulta está constituido, en principio, por dos partes: a) los síntomas que lo aquejan, y b) los signos que el médico evalúa.

Especificar el objetivo del tratamiento. No deben perderse de vista los tratamientos: etiológico, fisiopatológico y también sintomático. Es necesario enumerar los posibles tratamientos. Es así que se llega al denominado “Tratamiento P”. La letra “P” hace referencia a “personalizado”. Una vez que se decide que el tratamiento adecuado para el paciente incluirá un fármaco, éste deberá elegirse de acuerdo a:

Diseñar un esquema terapéutico apropiado para el paciente. Se recomienda que todo profesional que prescribe, defina su formulario personal, es decir, medicamentos que van a responder a los problemas de salud prevalentes, debiendo actualizarlo regularmente. Una vez que se han definido el (los) objetivo(s) terapéutico(s) se enumerarán los posibles tratamientos, eligiendo el (los) fármaco(s) sobre la base de la eficacia, la seguridad, la conveniencia y el costo, entre los productos disponibles.

En la actualidad no puede dejarse de lado la mención de la importancia que ha adquirido la Farmacogenómica y su consecuencia la “Terapéutica Personalizada”.

1. Inicio del tratamiento. La prescripción es el punto inicial del tratamiento. Aquí es donde se debe aconsejar y explicar por qué es necesario que inicie el tratamiento. Es imprescindible ser claro, adaptarse al lenguaje que entiende el paciente y que una vez que haya entendido, realice la prescripción con letra clara.

2. Brindar información, instrucciones y advertencias. Debe aclararse qué efecto se busca con la prescripción, cómo debe tomarla, cuáles son los posibles efectos adversos que pueden llegar a aparecer y qué hacer en caso de que alguno de éstos aparezca.

3. Supervisión del tratamiento. Un tratamiento bien seleccionado, no siempre conduce a un resultado exitoso (variabilidad biológica). Es por ello que se necesita de una supervisión de los tratamientos para evaluar la respuesta y evolución. Puede requerirse la modificación o suspensión. La supervisión puede ser: pasiva, donde se explica al paciente qué hacer frente a posibles resultados de la terapia (tratamiento no efectivo, aparición de efectos no deseados), y/o supervisión activa, conducida por el médico, mediante controles periódicos establecidos, de acuerdo con la enfermedad y a las condiciones particulares del paciente.

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