La posición y movimiento de las estrellas, planetas y la luna, ha guiado, orientado y se ha utilizado para medir escalas de tiempo en meses y años. Explica cómo puede ocurrir dicha observación.
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Respuesta:
La astronomía debe su existencia a las personas que a lo largo de la historia, por curiosidad, han mirado al cielo y buscado una relación entre todas sus particularidades. Un primer enfoque de esta disciplina, abordada por el lado práctico llevando una mirada hacia la bóveda celeste, rápidamente descubre la magnificencia de sus objetos. Este descubrimiento comienza por una simple observación a simple vista que revelará las bases de esta ciencia, así como una mejor comprensión del espacio que rodea la Tierra, y se puede prolongar, para los más interesados, con la utilización de instrumentos astronómicos, potentes según su función y necesidad, que permitirán estudiar el espacio profundo.
La considerable luminosidad del Sol satura el cielo e impide la observación de los astros de luminosidad más débil, a excepción de la Luna, en condiciones favorables, Venus, Júpiter, Marte y, eventualmente, Sirio. La principal dificultad radica en localizar estos astros en el cielo luminoso. La observación del cielo a plena luz del día puede, sin embargo, revelar algunas sorpresas.
Los eclipses
Condiciones de las trayectorias para un eclipse solar
Uno de los fenómenos más espectaculares son los eclipses totales o parciales de Sol. Solo tienen lugar cuando la Luna se encuentra en la fase de Luna nueva (cada 29,5 días), es decir, cuando no se puede observar por la noche ya que se encuentra entre la Tierra y el Sol. Cuando el plano de la órbita de la Luna no es paralelo al de la Tierra, los eclipses son más bien raros, y el satélite que pasa en general “sobre” o “bajo” el Sol. En el momento del fenómeno, que dura aproximadamente dos horas y media, se puede ver el disco de la Luna cerrar progresivamente al del Sol, a menudo parcialmente, y en ocasiones por completo, cuando visto desde la Tierra, el diámetro aparente de la Luna sea sensiblemente igual al del Sol. Sin embargo, la distancia entre el Sol, la Tierra y la Luna no son constantes, dando lugar a diferentes tipos de eclipse solar: el tamaño aparente de la Luna puede ser mayor que el del Sol, sensiblemente idéntico, permitiendo así la observación (con ayuda de instrumentos) de las protuberancias solares, o más pequeño; en este caso el eclipse es anular.
La sombra de la Luna forma un cono detrás de esta, la superficie del disco (proyección de la sombra sobre la Tierra) desde el cual es visible un eclipse solar total es relativamente pequeña, del orden de algunas decenas de kilómetros, recorriendo este disco una trayectoria siguiendo la rotación de la Tierra. Esto explica que un eclipse tenga lugar en Sudáfrica y sea totalmente invisible en Europa, por ejemplo. En la zona de eclipse total, es posible ver las estrellas más brillantes en pleno día, y sobre todo Mercurio, que es normalmente difícil de observar puesto que siempre está muy cerca del Sol.