La parte más buena del texto
El rastro de tu sangre en la nieve
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Mientras Billy Sánchez espera que sea martes para poder visitar a su esposa en el hospital tiene que enfrentarse a las costumbres y normas extrañas de París. La más complicada: los criterios para aparcar.
Cuando volvió al hotel para acostarse, encontró su coche solo en una acera y todos los demás en la acera de enfrente, y tenía puesta la noticia de una multa en el parabrisas. Al portero del Hotel Nicole le costó trabajo explicarle que en los días impares del mes se podía estacionar en la acera de números impares, y al día siguiente en la acera contraria. Tantas artimañas racionalistas resultaban incomprensibles para un Sánchez de Ávila de los más acendrados que apenas dos años antes se había metido en un cine de barrio con el automóvil oficial del alcalde mayor, y había causado estragos de muerte ante los policías impávidos. Entendió menos todavía cuando el portero del hotel le aconsejó que pagara la multa, pero que no cambiara el coche de lugar a esa hora, porque tendría que cambiarlo otra vez a las doce de la noche.
Explicación:
fue algo interesante para mi