¿La influencia positiva en los medios de comunicación nos permite ?
a) Influye en la mentalidad de los jóvenes de manera negativa.
b) Los medios de comunicación no ayudan mucho en la sociedad.
c) Contribuyen como fuente de información de esta manera nos permite desarrollar estilos de vida positivos.
d) N.A.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
años. Así parecen distinguirse en la juventud dos grupos relativamente diversos:
los jóvenes-adolescentes (14 a 18) y los jóvenes-maduros (19 a 29).
1.1. Lo permanente en la juventud: desarrollo psicológico y moral
Una de las notas más características de la etapa juvenil es la dicotomía que se
da entre ideales y vida real cotidiana (cfr. Naval, 2002). Por un lado, la fuerza
de la personalidad que se autoafirma y la vitalidad que todo lo pregunta, y por
otra la dificultad de resistir la frustración que se produce cuando no se consigue un objetivo.
El educador debe entonces ayudar al joven a dar el paso, a cruzar el río para
llegar a la otra orilla. Esos ideales solidarios que le mueven, por ejemplo, a
comprometerse en una actividad de voluntariado, se hacen vida en el ejercicio diario de ese voluntariado, en lo concreto.
Entre las actitudes que conviene cultivar en esta etapa se puede destacar la
necesidad de la paciencia; su carencia es fruto, en parte, de la falta de experiencia de la realidad. La paciencia está en relación con la confianza. Paciencia
con uno mismo y con los demás: el joven madura y se hace responsable al
asumir la realidad tal como es, aceptándola, de ahí nace la fuerza para cambiarla y transformarla.
La falta de experiencia es característica de la juventud, especialmente en los
primeros años. Debido a ella, el joven recurre a la experiencia de otros. “Falta
el conocimiento de la concatenación real de las cosas, el criterio para distinguir lo que uno puede hacer, lo que les es posible hacer a los demás” (Guardini,
1997, 48). Se tiene la sensación de que las posibilidades de acción son prácticamente infinitas y las fuerzas para llevarlas a cabo también. Esto produce una
confianza enorme en la propia capacidad. Es en parte la falta de experiencia,
la que lleva a pensar que las ideas correctas y las actitudes adecuadas bastan
para cambiar la realidad. Es una especie de idealismo: se produce un cortocircuito entre juicios y acciones.
En la adolescencia, esa época del salto de la niñez a la vida adulta, se produce un aprendizaje del sentido del ridículo. No es por tanto de extrañar que los
adolescentes exageren las consecuencias del ridículo, y se ajusten tan férreamente a las normativas que aunque no escritas rigen en parte las comunidades: “en la medida en la que todavía no han construido con solidez su identidad particular e individual, se refugian en una identidad de grupo que al
mismo tiempo les protege del exterior y les anula en el interior del grupo, en
el que no hay disonancias” (Costoya, 2003, 205).
Esto pone de manifiesto la necesidad de educar para la independencia de criterio, para el diálogo. Es preciso capacitarles para tomar decisiones independiente y responsablemente y para juzgar por cuenta propia.
Es en la juventud cuando el desarrollo lleva propiamente a distinguirse de los
demás: a asumir como persona la libertad y la responsabilidad propias; “a
adquirir una opinión propia sobre el mundo y sobre la posición que se ocupa
dentro de él; llegar a ser uno mismo, para poder recorrer también el camino
que conduce hacia los demás, y como yo poder decir tú” (Guardini, 1997, 45).
1.2. Lo actual en la Juventud
La que se ha llamado generación punto-com, se caracteriza, entre otras cosas,
por lo que se describe como síndrome de “personalidad múltiple”: personas
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que ven su vida como estructuras de conciencia fragmentadas en cortos perí
Explicación: