la importancia del vinculo del hombre con la madre naturaleza desde el punto de vista etica y moral
Respuestas a la pregunta
La ética ambiental es un relato sistemático de las relaciones morales entre los seres humanos y su medioambiente.[1] La también llamada ética medioambiental, es una rama relativamente nueva de la ética filosófica, la cual describe los valores que lleva el mundo natural no humano y prescribe una respuesta ética apropiada para asegurar la preservación o restauración de dichos valores.[2]
Dentro de las corrientes de pensamiento más conocidas de la ética ambiental, se encuentra aquella basada en el sistema moral deontologico, aquella que limita el objetivo de los sistemas naturales como independiente del uso o valor que el ser humano pueda tener sobre él. Y dentro de ella, la perspectiva deontologica holística e individualista. Los mayores expositores de ellas son Holmes Rolston y Paul W. Taylor , respectivamente. El primero expone constantemente que la especie, como conjunto es la unidad fundamental más importante de la vida,[3] donde los organismos son mera representación de la especie y cuyo objetivo único es preservarla. Esto implica que los organismos son reemplazables. Desde una perspectiva deontológica la elección de proteger a una especie a costa de la pérdida de organismos no es solo una acción con suficiente justificación, sino un deber moral. Taylor señala lo que llama "el valor inherente" de las plantas y animales,[3] comprometiendo al principio de imparcialidad de especies a través del reconocimiento de que las especies humanas y no humanas buscan el bienestar en su propia manera. Este valor que les pertenece por naturaleza es lo que vuelve mala a una acción cuando no es considerado el daño que provocaría en el organismo al tomar decisiones, como agentes morales debemos considerarlos, tener una actitud de respeto. Taylor menciona en Respeto por la naturaleza (1986) que el ser humano debe aislarse de su naturaleza biológica y teológica para tomar decisiones, con un compromiso moral de la no intervención haciendo uso de su racionalidad.
Ambas teorías tienen como uno de sus fundamentos la capacidad del ser humano de tomar decisiones racionales a partir de la separación de sus intereses y así juzgar de manera objetiva su intervención en la naturaleza