la importancia del calor del sol para los seres humanos y sus efectos positivos
Respuestas a la pregunta
Las radiaciones solares no son más que unas ondas electromagnéticas con diferentes frecuencias (longitudes de ondas) que nos permiten diferenciar las radiaciones visibles (las únicas que el ojo humano percibe), las radiaciones ultravioleta, y las radiaciones infrarrojas.
Entre los efectos beneficios que las radiaciones solares originan en nuestro organismo se encuentra el favorecer la síntesis de vitamina D por nuestro cuerpo, la mejoría de trastornos circulatorios y de la tensión arterial (gracias a su efecto de vasodilatación sobre los vasos sanguíneos), su efecto eutimizante (mejora el estado de ánimo)… e incluso nosotros los propios dermatólogos prescribimos la exposición al sol o “helioterapia”, aunque de forma controlada y evitando quemarse de personas con determinadas dermatosis como la psoriasis, el acné, el vitíligo o la dermatitis atópica.
Por otro lado, debemos también tener en cuenta los posibles efectos perjudiciales que dichas radiaciones pueden tener sobre nuestra salud. La radiación ultravioleta C es la más nociva, aunque por suerte ésta no penetra a la atmósfera gracias a la capa de ozono. La radiación ultravioleta de tipo B es la más clásicamente asociada al desarrollo de quemaduras y, al producir mutaciones en el ADN, al desarrollo de cáncer de piel. La radiación ultravioleta A ha sido típicamente asociada al bronceado rápido y al fotoenvejecimiento prematuro de la piel (con aparición de arrugas, manchas…) aunque además cada vez parece más obvio su papel como favorecedor para la producción también de cáncer de piel.
Respecto a las radiaciones visibles e infrarrojas, si bien hasta hace relativamente poco no se les daba importancia alguna, los últimos estudios postulan su posible papel también favoreciendo la producción de quemaduras, e incluso de cáncer cutáneo.