la hormiga y grano de trigo que cualidad rescatamos de la hormiga explica como los de muestra
Respuestas a la pregunta
Una hormiga se encontró un grano de trigo en un
campo recién segado. Diligente y heroica como
todas las hormigas, se lo echó al hombro y cargó
con él, a pesar de que la triplicaba en tamaño.
Al cabo de un rato, la hormiga empezó a tambalearse
por el peso. Y entonces, el grano de trigo aprovechó para
hablarle.
- ¿Por qué no me dejas aquí? Soy mucho más grande
que tú y no puedes cargarme.
- Si te dejo aquí, llegaré sin provisiones al hormiguero.
Debes saber que somos muchas y necesitamos cantidades
enormes de alimento. Todas debemos llevar lo que podamos.
- Pero yo no estoy hecho para ser comido. Soy una semilla y mi destino es crecer
como planta. Puedo ser más útil para el hormiguero si me dejas aquí.
- Lo siento, pero no puedo hacer eso. Estoy muy retrasada y también cansada. Mis
compañeras me stán esperando y no quiero tener problemas de ninguna clase -contestó la
hormiga con impaciencia.
- Te propongo un trato- le dijo el grano de trigo en tono jovial- Presta atención y
verás que es na excelente propuesta.
- ¿De qué se trata? -preguntó la hormiga, dejando al grano de trigo en el suelo y
deteniéndose para descansar un poco.
- Si me dejas aquí, en este surco, y permites que la lluvia me integre a la tierra, en la
prosima cosechha tus compañeras podrán venir y encontrar cien granos de trigo como yo.
La hormiga meditó un buen rato antes de contestar.
- Está bien -dijo finalmente-. Sería injusta contigo, si no te diera la oportunidad de
demostrarme de cuánto eres capaz. Solo me gustaría saber cómo lo harás.
- Es un misterio -respondió con solemnidad el grano de trigo.
- El misterio de la vida.
Cuando llegó el tiempo de la nueva cosecha, la hormiga y sus compañeras volvieron
al sitio donde había sido planteada la semilla de trigo y comprobaron con júbilo que esta
había cumplido su promesa.
Respuesta:
LA HORMIGA Y EL GRANO
Érase una vez una hormiga llamada Junca, muy trabajadora, que vivía en el hormiguero con el resto de su familia, unas 50.000 hormigas.
Las hormigas cargaban el grano para el invierno en un almacén, y así cuando llegara el frío podrían disponer de alimentos para todas. Pero este año, el grano era de muy pequeño tamaño y era difícil de transportar. Se llegó a una situación de pesimismo en la que, hasta las hormigas más sabias, desconfiaban de que pudieran sobrevivir al invierno.
Mientras tanto, Junca quería cargar más grano, para ayudar aún más a su familia, y comprendió que, transmitiendo su optimismo al resto de hormigas, lo conseguirían.
Entonces, fue a entrenarse con una hormiga más fuerte que ella, que se llamaba Pepe. Pepe le enseñó los trucos para cargar más grano con el mismo esfuerzo. Junca ensayó durante unos días y cada vez era capaz de cargar más grano.
Cuando Junca se vio preparada para transmitir su mensaje, convocó al resto de hormigas y les dijo: “Ya sé que pensáis que no sobreviviremos al invierno. Pero tengo la solución: En primer lugar, debéis creer que lo conseguiremos, y en segundo lugar, os enseñaré los movimientos que debéis realizar para cargar más grano.”
De esta manera, todo el hormiguero se puso a trabajar como dijo Junca, con optimismo, y antes de que llegara el invierno ya habían recolectado más grano que el año anterior. Por lo que, gracias a Junca, todas las hormigas sobrevivieron al invierno sin ningún problema.
LA HORMIGA Y EL GRANO
Érase una vez una hormiga llamada Junca, muy trabajadora, que vivía en el hormiguero con el resto de su familia, unas 50.000 hormigas.
Las hormigas cargaban el grano para el invierno en un almacén, y así cuando llegara el frío podrían disponer de alimentos para todas. Pero este año, el grano era de muy pequeño tamaño y era difícil de transportar. Se llegó a una situación de pesimismo en la que, hasta las hormigas más sabias, desconfiaban de que pudieran sobrevivir al invierno.
Mientras tanto, Junca quería cargar más grano, para ayudar aún más a su familia, y comprendió que, transmitiendo su optimismo al resto de hormigas, lo conseguirían.
Entonces, fue a entrenarse con una hormiga más fuerte que ella, que se llamaba Pepe. Pepe le enseñó los trucos para cargar más grano con el mismo esfuerzo. Junca ensayó durante unos días y cada vez era capaz de cargar más grano.
Cuando Junca se vio preparada para transmitir su mensaje, convocó al resto de hormigas y les dijo: “Ya sé que pensáis que no sobreviviremos al invierno. Pero tengo la solución: En primer lugar, debéis creer que lo conseguiremos, y en segundo lugar, os enseñaré los movimientos que debéis realizar para cargar más grano.”
De esta manera, todo el hormiguero se puso a trabajar como dijo Junca, con optimismo, y antes de que llegara el invierno ya habían recolectado más grano que el año anterior. Por lo que, gracias a Junca, todas las hormigas sobrevivieron al invierno sin ningún problema.
LA HORMIGA Y EL GRANO
Érase una vez una hormiga llamada Junca, muy trabajadora, que vivía en el hormiguero con el resto de su familia, unas 50.000 hormigas.
Las hormigas cargaban el grano para el invierno en un almacén, y así cuando llegara el frío podrían disponer de alimentos para todas. Pero este año, el grano era de muy pequeño tamaño y era difícil de transportar. Se llegó a una situación de pesimismo en la que, hasta las hormigas más sabias, desconfiaban de que pudieran sobrevivir al invierno.
Mientras tanto, Junca quería cargar más grano, para ayudar aún más a su familia, y comprendió que, transmitiendo su optimismo al resto de hormigas, lo conseguirían.
Entonces, fue a entrenarse con una hormiga más fuerte que ella, que se llamaba Pepe. Pepe le enseñó los trucos para cargar más grano con el mismo esfuerzo. Junca ensayó durante unos días y cada vez era capaz de cargar más grano.
Cuando Junca se vio preparada para transmitir su mensaje, convocó al resto de hormigas y les dijo: “Ya sé que pensáis que no sobreviviremos al invierno. Pero tengo la solución: En primer lugar, debéis creer que lo conseguiremos, y en segundo lugar, os enseñaré los movimientos que debéis realizar para cargar más grano.”
De esta manera, todo el hormiguero se puso a trabajar como dijo Junca, con optimismo, y antes de que llegara el invierno ya habían recolectado más grano que el año anterior. Por lo que, gracias a Junca, todas las hormigas sobrevivieron al invierno sin ningún problema.