la historia de pedro amador
Respuestas a la pregunta
Mis trabajos fueron en aumento, y a los 12 años ya realicé mi primer videojuego, La Corona, que se publicaría en el mercado. Con ayuda de mis padres firmé un contrato que incluía hasta los habituales impuestos, sin que pudiera entender muy bien el sentido de la Hacienda Pública. Con 16 años ya operaba en bolsa, a la vez que había ganado un concurso de juegos de aventuras para el Spectrum, donde todos los participantes contaban con más de 25 o 35 años. Era evidente que estaba preparado para cosas increíbles.
Cuando llegué a la universidad fue un camino de rosas. Muchas asignaturas ya me las sabía, pues las había estudiado en la infancia. Aunque para complicar todo un poco, trabajaba a la vez que estudiaba. Recuerdo que, en el último trimestre del curso, mantenía tres trabajos a la vez, además de las asignaturas en sí, y mi madre casi me vio desvanecerme una vez. Pero seguía ilusionado y eso me hacía responder a la perfección. El querer llegar más lejos, de lo normal, empezó a marcar mi forma de trabajar. Además no era de esas personas que se creen perfectas.
Pero es verdad que se tiende a la reflexión cuando hay un periodo de transición en nuestras vidas. Al acabar la universidad mi camino, en el crecimiento personal, era bien claro: ansiaba un puesto de responsabilidad que sin duda me hubiera costado muchas horas de esfuerzo, para luego relajarme un poco, y formar una familia. Mi yo futuro no pasó de largo esos detalles.