La historia de las revoluciones talvez no presenta un hecho que degrade tanto a sus autores como aquel en que ha fundado su rebelión el general Freire, quien, acostumbrado a recibir homenajes exclusivos, no pudo sufrir la memoria que estampó una pluma imparcial.
Desde este desgraciado instante resuelve en su corazón la ruina de la Patria, de esa madre cara que supo hacerlo el objeto de su predilección, y por cuya libertad hace veinte años que os halláis prodigando vuestra sangre.
Cuando se acercaba la época de retribuir vuestros servicios, este jefe poseído del mal consejo, enarbola el estandarte de la guerra civil, sus satélites inmorales devastan los campos, perpetran asesinatos, incendian los pueblos, y hasta la tierra doncella es víctima de su brutal apetito. La más negra seducción os ha hecho cómplices en estos primeros crímenes; pero aún es tiempo de repararlos con la pronta separación de sus filas sacrílegas que solo os pueden ofrecer la deshonra y el exterminio.
Aquí tenéis vuestros sueldos, vuestros ajustes, lugar entre vuestros compañeros de armas o licencia absoluta si la queréis, yo os lo aseguro a nombre del Gobierno Nacional que me envía para ser el instrumento de vuestra felicidad. Tengo mucha más fuerza de la que es precisa para venceros en cualquier punto, más mi orden de ataque será el último recurso: ¿permitiréis que llegue este caso?
Soldados, me resta qué deciros sobre vuestra difícil posición. Sois pocos en número, porque los que abultan vuestra división son fuerzas imaginarias, son hombres conducidos por la violencia, sin táctica ni pericia, y por consiguiente incapaces de permanecer con serenidad en el peligro. Mientras que vosotros quedáis en el empeño, ellos escapan, y no han hecho más que contribuir a la ruina de los pueblos, cuya independencia habíais asegurado.
Soldados nacionales de Talca: Vosotros no habéis adquirido en compromiso por haberos unido a la facción ominosa. Sé del modo con que habéis sido conducidos, sé la violencia que os hace sufrir vuestra actual situación. Volved al seno de vuestras familias para enjuagar las lágrimas que les arranca vuestra separación.**
Ciudad de Talca, 4 de abril de 1830
José Joaquín Prieto*
*José Joaquín Prieto fue un militar y político chileno. Fue presidente de la República de Chile entre 1831 y 1836, siendo reelegido para el período inmediatamente siguiente entre 1836 y 1841. Además, lideró a las fuerzas conservadoras en la Guerra Civil de 1829, o también conocida como la “Batalla de Lircay”
**Esta carta fue escrita por José Joaquín Prieto dos semanas antes del fin de la Batalla de Lircay. En ella, manifiesta un mensaje de autocrítica a los soldados que lucharon para Ramón Freire, a quien responsabiliza absolutamente por la Guerra Civil.
¿Qué mensaje entrega el segundo fragmento, en relación a la guerra civil de 1829?
Respuestas a la pregunta
La segunda y tercera mayoría, fue obtenida por los conservadores Francisco Ruiz-Tagle y José Joaquín Prieto, respectivamente. Sin embargo, la mayoría liberal del Congreso designó como vicepresidente a Joaquín Vicuña, quien había obtenido la cuarta mayoría. Esta situación desencadenó una rebelión de la oposición -pelucones, estanqueros y o'higginistas- que culminó con la renuncia de Pinto y la entrega del poder al Presidente del Congreso, el liberal Francisco Ramón Vicuña. El gobierno liberal organizó su ejército, al mando de los generales Francisco de la Lastra y Benjamín Viel, quienes salieron al encuentro de las tropas de Prieto.
Sin embargo, este acuerdo fracasó porque los conservadores en Santiago, liderados por Diego Portales, tomaron el mando y buscaron someter a Freire a su autoridad, situación que llevó a que éste último tomara partido por el bando liberal y dimitiera de su cargo.