Religión, pregunta formulada por silvanazarena3, hace 10 meses

La familia de Carlo Acutis era creyente

Respuestas a la pregunta

Contestado por didiervillanueva175
0

Explicación:

3n no te puedo llamar al raro lo que se llama Natalia que ya me puedes mandar fotos te puedo llamar al raro lo de los pomos y las personas para fe de plano no duermes maquillada por que los puntos de mi examen

Contestado por guevaradilank44
1

Respuesta:

Explicación:

Carlo Acutis fallece a tan sólo 15 años de edad a causa de una leucemia fulminante, dejando en

la memoria de todos los que le han conocido un gran vacío y una profunda admiración por el que

ha sido su breve y a la vez intenso testimonio de vida auténticamente cristiano. Desde que recibió

la Primera Comunión a los 7 años de edad nunca ha faltado a la cita cotidiana con la Santa Misa.

Siempre, antes o después de la celebración eucarística, se quedaba delante del Sagrario para adorar

al Señor realmente presente en el Santísimo Sacramento. La Virgen era su gran confidente y nunca

dejaba de honrarla rezando cada día el Santo Rosario. La modernidad y la actualidad de Carlo

conjugan perfectamente con su profunda vida eucarística y devoción mariana, que han contribuido

a que llegase a ser un chico muy especial al que todos admiraban y amaban.

Citando las palabras de Carlo: “Nuestra meta debe ser el infinito, no lo finito. El Infinito es

nuestra Patria. Desde siempre el Cielo nos espera”. Suya es la frase: “Todos nacen como

originales pero muchos mueren como fotocopias”. Para dirigirse hacia esta Meta y no “morir

como fotocopias” Carlo decía que nuestra Brújula tiene que ser la Palabra de Dios, con la que

tenemos que confrontarnos constantemente. Pero para una Meta tan alta hacen falta Medios muy

especiales: los Sacramentos y la oración. En especial, Carlo situaba en el centro de su vida el

Sacramento de la Eucaristía que llamaba “mi autopista hacia el Cielo”.

Carlo estaba muy dotado para todo lo que está relacionado con el mundo de la informática, hasta tal

punto que tanto sus amigos como los adultos licenciados en ingeniería informática lo consideraban

un genio. Todos se quedaban maravillados por su capacidad de entender los secretos que oculta

la informática y a los que sólo tienen acceso quienes han realizado estudios universitarios. Los

intereses de Carlo abarcaban desde la programación de ordenadores, pasando por el montaje

de películas, la creación de sitios web, hasta los boletines, de los que se ocupaba también de la

redacción y la maquetación, y el voluntariado con los más necesitados, con los niños y con los

ancianos.

Resumiendo, era un misterio este joven fiel de la Diócesis de Milán, que antes de morir ha sido

capaz de ofrecer su sufrimiento por el Papa y por la Iglesia.

“Estar siempre unido a Jesús, ese es mi proyecto de vida”. Con estas pocas palabras Carlo Acutis,

el chico que murió de leucemia, traza el rasgo distintivo de su breve existencia: vivir con Jesús, para

Jesús, en Jesús. (…) “Estoy contento de morir porque he vivido mi vida sin malgastar ni un solo

minuto de ella en cosas que no le gustan a Dios”. Carlo también nos pide a nosotros lo mismo: nos

pide que contemos el Evangelio con nuestra vida para que cada uno de nosotros pueda ser un faro

que ilumine el camino de los demás.

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Del Prólogo del Cardenal Angelo Comastri

Un adolescente de nuestro tiempo como muchos otros, comprometido en el colegio, con los

amigos, un gran experto, para su edad, en ordenadores. En todo esto se ha integrado su

encuentro con Jesucristo.

Carlo Acutis llega a ser un testigo del Resucitado, se encomienda a la Virgen María, vive la vida de

gracia y les cuenta a sus coetáneos la impresionante experiencia con Dios.

Se nutre a diario de la Eucaristía, participa con fervor en la Santa Misa, pasa horas y horas ante

el Santísimo Sacramento. Su experiencia y su madurez cristiana atestiguan hasta qué punto son

ciertas las indicaciones del Santo Padre Benedicto XVI en la Exhortación Apostólica Sacramentum

Caritatis: “El sacrificio de la Misa y la adoración eucarística corroboran, sostienen e incrementan el

amor por Jesús y la disponibilidad para el servicio eclesial”.

Carlo también tiene una tierna devoción a la Virgen, recita fielmente el Rosario y, sintiéndola como

Madre amorosa, le dedica sus renuncias como sacrificios.

Este muchacho sociológicamente idéntico a sus compañeros de colegio es un auténtico testigo de

que el Evangelio puede ser vivido íntegramente incluso por un adolescente.

Su breve existencia, orientada a la meta del encuentro con Cristo, ha sido como una luz que alumbra

no sólo el camino de los que se han cruzado con él, sino también de todos los que conocerán su

historia. Confío plenamente en que esta primera biografía de Carlo Acutis a cargo del Dr. Nicola Gori,

con su reconocida capacidad descriptiva, ayudará a los adolescentes de hoy, tan problemáticos y

condicionados por los medios de comunicación, a reflexionar sobre el significado de la vida y sobre

los valores evangélicos como plena realización de ésta.

Mirando a este adolescente como a un compañero suyo, que se ha dejado seducir por la amistad de

Cristo, y precisamente por eso ha experimentado una alegría más verdadera, nuestros muchachos

entrarán en contacto con una experiencia de vida que nada ha quitado a la riqueza de los jóvenes

años de la adolescencia, sino que los ha valorizado aún más.

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