La evolución de la poesía latinoamericana del siglo XX y XXI
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Durante el curso del último siglo, la poesía latinoamericana ha pasado por varias
etapas. Los versos escritos al comienzo de estos cien años ya parecen casi otra forma
de arte cuando se comparan con la poesía contemporánea. Generalmente, el
cambio, o la evolución que ha habido, consiste en un alejamiento de las tendencias
elitistas del modernismo hacia la vanguardia que intentó distanciarse de los gustos
de la burguesía, aunque ella misma llegó a ser la audiencia principal del
movimiento. El progreso poético en la segunda mitad del siglo se distingue por las
preferencias de la protesta, la popularidad, y la solidaridad humana.
Explicación:
Respuesta: La poesía hispanoamericana o latinoamericana del siglo XX se refiere a la producción poética de México, Centroamérica, Sudamérica castellano-hablante, Cuba, República Dominicana y Puerto Rico durante el siglo XX.
Explicación: Las voces de la poesía latinoamericana que se distinguen a finales del siglo XX nacieron a mitad del siglo pasado —o antes— y sus primeros brotes en forma de libro se dieron a conocer en los convulsionados años setenta. Julio Ortega, persistente en la lectura de la poesía y las poéticas de América Latina, habla de una nueva sensibilidad en los poetas nacidos a partir de los años sesenta. En Antología de la poesía latinoamericana del siglo XXI (1997), nos develó una voz áspera como la de Malú Urriola (Santiago de Chile, 1967) y brindó la oportunidad de releer a los jóvenes de entonces: los mexicanos Ernesto Lumbreras (1967), Jorge Fernández Granados (1965) y María Baranda (1962); los cubanos Antonio José Ponte (1964) y Rolando Sánchez Mejías (1959); los colombianos Ramón Cote (1963) y Robinson Quintero Ossa (1962); al peruano Eduardo Chirinos (1960-2016), al argentino D. G. Helder (1960) y al dominicano José Mármol (1960), autores de por lo menos un buen libro o de poemas que no ha barrido la escoba del tiempo.
Y es que ocupar un sitio en la literatura de este continente no es tarea fácil. Los monolitos literarios suelen tener una consistencia a prueba de advenedizos, por lo menos en las tres grandes tradiciones latinoamericanas (Chile, México y Argentina). En Chile, Gabriela Mistral y Pablo Neruda han sido dos grandes muros que no cualquiera escala. Vicente Huidobro —siguiendo en el mismo territorio— es un caso aparte, ya que sus aventuras poéticas —poeta mesiánico al fin— siguen vigentes, sobre todo en el ánimo de los lectores.