la democracia de Paraguay
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Respuesta:
La ya débil democracia en Paraguay se ha deteriorado aún más con la llegada de la pandemia. El coloradismo acompaña ese declive y surge nuevamente desde abajo una oportunidad de cambio para el país.
Marzo suele ser un mes de crisis política en Paraguay, traducido en protestas ciudadanas frente a los desvaríos del poder. Ocurrió en 1999 en lo que se llamó el “marzo paraguayo”, producto de una serie de manifestaciones que conllevó el asesinato del Vicepresidente Luis María Argaña y de una decena de jóvenes en la plaza, y significó el fin del gobierno de Raúl Cubas y la ruptura del pacto colorado-militar. En 2017 ocurrió el “segundo marzo paraguayo” cuando Horacio Cartes buscó afanosamente su reelección presidencial mediante una enmienda constitucional de dudosa legalidad. Eso generó una indignación ciudadana que acabó con el Congreso ardido en llamadas, unos 200 manifestantes detenidos, un legislador baleado y un militante juvenil asesinado por la policía en la propia sede del principal partido opositor.
Con distintos condimentos y actores, el “marzo de 2021” tomó algunas características de otrora. Aunque para tener una lectura adecuada de lo que parece estar en crisis en la actualidad, habría que extender brevemente la mirada analítica hacia el pasado.
En primer lugar, Paraguay transita una inédita era democrática, aunque de muy baja calidad. Cualquier índice internacional de medición de calidad de la democracia señala que la paraguaya se ubica -en términos de rendimiento- entre las peores de la región. De hecho, la propia transición paraguaya fue capitaneada por el mismo partido político que sostuvo la dictadura durante 35 años.
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