la comparación entre antigua roma con antiguo egipto
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Respuesta:
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Explicación:
Egipto (en latín: Ægyptus) fue una provincia del Imperio romano, que comprendía la mayor parte del Egipto actual, exceptuando la península del Sinaí. La provincia de Cirenaica al oeste, y Judea (más tarde Palestina y Arabia Pétrea) al este, tenían frontera con Egipto. El área pasó a estar bajo el dominio romano en el año 30 a. C., tras la derrota de Cleopatra y Marco Antonio por Octavio (el futuro emperador César Augusto). Sirvió como el principal proveedor de trigo para el Imperio.
Respuesta:
El Antiguo Egipto fue una civilización agrícola de la Antigüedad, que se originó a lo largo del cauce medio y bajo del río Nilo, cuya historia abarca más de tres milenios. Se la considera una de las más importantes de la Humanidad.1
Egipto tiene una combinación única de características geográficas, situada en el África nororiental y confinada por Libia, Sudán, el mar Rojo y el mar Mediterráneo. El río Nilo fue la clave para el éxito de la civilización egipcia, ya que este permitía el aprovechamiento de los recursos y ofrecía una significativa ventaja sobre otros oponentes: el légamo fértil depositado a lo largo de los bancos del Nilo tras las inundaciones anuales significó para los egipcios el practicar una forma de agricultura menos laboriosa que en otras zonas, liberando a la población para dedicar más tiempo y recursos al desarrollo cultural, tecnológico y artístico.
La vida se ordenaba en torno al desarrollo de un sistema de escritura y de una literatura independientes, así como en un cuidadoso control estatal sobre los recursos naturales y humanos, caracterizado sobre todo por la irrigación de la fértil cuenca del Nilo y la explotación minera del valle y de las regiones desérticas circundantes, la organización de proyectos colectivos como las grandes obras públicas, el comercio con las regiones vecinas de África del este y central y con las del Mediterráneo oriental y, finalmente, por un poderío capaz de derrotar a cualquier enemigo, y que mantuvieron una hegemonía imperial y la dominación territorial de civilizaciones vecinas en diversos períodos. La motivación y la organización de estas actividades estaba encomendada a una burocracia de élite sociopolítica y económica, los escribas, bajo el control del Faraón, un personaje semidivino, perteneciente a una sucesión de dinastías, que garantizaba la cooperación y la unidad del pueblo egipcio en el contexto de un elaborado sistema de creencias religiosas.56
Los muchos logros de los egipcios incluyen la extracción minera, la topografía y las técnicas de construcción que facilitaron el levantamiento de monumentales pirámides, templos y obeliscos, unos procedimientos matemáticos, una práctica médica eficaz, métodos de riego y técnicas de producción agrícola, las primeras naves conocidas,7 la tecnología del vidrio y de la fayenza, las nuevas formas de la literatura y el tratado de paz más antiguo conocido, firmado con los hititas.8 Egipto dejó un legado duradero, su arte y arquitectura fueron ampliamente copiados, y sus antigüedades se llevaron a los rincones más lejanos del mundo.
La Antigua Roma es tanto la ciudad de Roma como el Estado que fundó en la Antigüedad. La idea de la Antigua Roma es inseparable de la cultura latina. Se formó por una agrupación de pueblos en el siglo VIII a. C. y dominó el mundo mediterráneo y la Europa Occidental desde el siglo I hasta el V mediante la conquista militar y la asimilación de las élites locales. Su dominio ha dejado importantes huellas arqueológicas y numerosos testimonios literarios. Todavía hoy da forma a la imagen de la civilización occidental. Durante estos siglos, la civilización romana pasó de una monarquía a una república oligárquica y luego a un imperio autocrático.
A partir del siglo III, el mundo romano sufrió las grandes invasiones de los bárbaros del norte de Europa y Asia. Para resistirse a ellos, el Imperio necesitaba crear una nueva estructura burocrática y militar. En este marco se produjo la renovación del siglo IV, así como el establecimiento del cristianismo como religión del Estado.
Después de la separación de Oriente y Occidente en el año 395, nuevas invasiones terminaron con el Imperio de Occidente en el año 476. Presa de la inestabilidad interna y de los ataques, principalmente, de los pueblos germánicos, la parte occidental del Imperio (que incluía Hispania, Galia, Britania, África del Norte e Italia) se dividió en reinos independientes a finales del siglo V. La parte oriental del Imperio, gobernada desde Constantinopla (que incluía Grecia, Anatolia, Siria y Egipto) sobrevivió a esta crisis. A pesar de la pérdida de Siria y Egipto por el naciente imperio árabe-islámico, el Imperio oriental continuó desarrollándose hasta que fue finalmente destruido por el Imperio otomano. Este imperio medieval y cristiano, llamado «Imperio romano» por sus habitantes, pero que los historiadores modernos llaman «Imperio bizantino», es la última etapa evolutiva, sin interrupción en el poder imperial y la administración del Imperio romano.
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