Castellano, pregunta formulada por taba1220, hace 8 meses

la caja ronca resumen​

Respuestas a la pregunta

Contestado por deriancoaquira16
4

Respuesta:

y de dónde saco en texto o algo para resumir

Contestado por mariakamy2112
6

Respuesta:

Según cuenta una de las leyendas más populares en Ecuador, cuya locación es la ciudad de Ibarra, existían dos jóvenes que eran amigos llamados Carlos y Manuel. Hacia ambos jóvenes el padre de uno de ellos, de Carlos, decidió encomendar la tarea de acercarse a un pozo para sacar agua y luego ir a regar la huerta de patatas familiar. Esta tarea tenía cierta urgencia, debido a que la cosecha estaba en peligro de estropearse, por lo que no interesó que fueran altas horas de la noche y así enviar a ambos muchachos a realizar dicho encargo.

Con la noche ya avanzada ambos amigos se encaminaron a través de las oscuras calles y callejones hacia la huerta, pro a medida que caminaban llegaron a escuchar un inquietante y creciente sonido proveniente de un tambor, un sonido semejante al que acompaña al paso sincronizado de una procesión. Los jóvenes asustados por este extraño sonido, decidieron esconderse en una casa abandonada. Ambos jóvenes al escuchar que los pasos se iban acercando cada vez más, estaban a la expectativa de ver algo o a alguien.

Es así que, para la sorpresa de Carlos y Manuel, con terror contemplaron una fantasmal procesión protagonizada por hombres encapuchados, lo cuales portaban en sus manos velar y los pies no alcanzaban a tocar el suelo. Estos hombres también portaban una carroza en la que iba un demonio, que tenía largos cuernos, dientes puntiagudos y unos ojos fríos parecidos a los de las serpientes. Tras la procesión iba un hombre sin capucha y con el rostro pálido semejante al de un difunto, esta persona tocaba de forma monótona el tambor que ambos jóvenes desde un inicio habían escuchado. De esta manera los amigos recordaron aquellas historias que escucharon desde que eran niños, donde aquel tambor era llamado por las personas mayores “La Caja Ronca”.

La escena presenciada por ambos jóvenes fue demasiado para ellos por lo que perdieron el conocimiento y al despertar para el horror tanto de Carlos como de Manuel se dieron cuenta que cada uno sostenía una vela similar a la que portaban los procesionarios. Una vez que ambos amigos contemplaron las velas con más detenimiento pudieron percibir que se trataban de huesos humanos, pocos minutos después los vecinos cercanos al lugar se despertaron por los gritos propinados por Manuel y Carlos.

Luego de que los jóvenes fueron hallados en su escondite, temblando de espanto y miedo, además de que murmuraban frases inentendibles, los vecinos lograron calmarlos y tranquilizarlos, antes de que regresaran con sus familias. Las personas no creyeron la historia de ambos muchachos y el padre de Carlos los acusó de ser unos gandules y de no cumplir con la tarea encomendada, por lo que ambos jóvenes fueron castigados. Ninguno de los dos volvió a salir a altas horas de la noche

Explicación:

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