La bibliografía de la alimentación en tiempo de la pandemia porfa ayudemen
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Los efectos de la COVID-19 se han manifestado en el consumo de alimentos de varias maneras. Uno de
ellos, el aumento en el consumo de productos hipercalóricos (frituras, postres), enlatados, empaquetados y
menos perecederos (Landaeta-Díaz y González-Medina, 2020), llama negativamente la atención, pues, pese a
tratarse de alimentos convenientes y de bajo costo, rara vez son saludables, frescos y nutritivos (Brooks, 2020;
FAO, 2020a; Rodríguez-Osiac et al., 2020).
La pandemia ha exacerbado la desigualdad de ingresos, alimentación y nutrición en América Latina y el
Caribe. Hoy, la población más vulnerable tiene menor disponibilidad y capacidad de compra de alimentos;
hoy, su derecho a una alimentación saludable se encuentra en entredicho (FAO y CEPAL, 2020a). Se trata de
una situación especialmente preocupante, toda vez que una alimentación saludable contribuye a un sistema
inmunitario fuerte (FAO, 2020a y 2020b).
Los gobiernos han priorizado la implementación de medidas de emergencia de protección social para asistir
a las personas más afectadas, ya sea a través de la entrega de cupones de alimentos, raciones de comida o
canastas solidarias de alimentos (FAO y CEPAL, 2020b; Banco Mundial, 2020). No obstante, en muchos casos
los alimentos suministrados por este tipo de asistencias, pese a que son de gran ayuda, no cumplen con un
aporte nutricional adecuado, al no incluir frutas, verduras, carnes o pescado, las principales fuentes de fibras,
proteínas, grasas saludables y micronutrientes (Facultad de Medicina UC, 2020).
Es de sobra conocido que una alimentación inadecuada es una de las principales causas de morbilidad,
mortalidad y discapacidad en el mundo (NCD Risk Factor Collaboration, 2017). En América Latina y el Caribe,
antes de la pandemia, 262 millones de adultos (59,5%) presentaban algún nivel de sobrepeso y obesidad.
Por otra parte, 4,9 millones (9%) y 4 millones (7,5%) de niños y niñas exhiben retraso en el crecimiento y
sobrepeso, respectivamente (FAO et al., 2019). De hecho, en nuestra región mueren aproximadamente
600 000 adultos al año por causas asociadas a una mala alimentación (FAO et al., 2019).
Según el Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en inglés), la situación nutricional en la región
empeorará a causa de la pandemia (WFP, 2020a). En otras palabras: si la crisis persiste en el tiempo y sus
efectos no amainan, a muchas personas no les quedará más remedio que adquirir alimentos más baratos y de
peor calidad nutricional. Existe, entonces, un círculo vicioso entre la malnutrición y la pandemia.
Actualmente, existe escasa información cuantitativa sobre el efecto de la COVID-19 en los hábitos
de consumo de alimentos y sus respectivos determinantes individuales, sociales y poblacionales. En
consecuencia, en este documentos hemos utilizado información de trabajos en desarrollo de instituciones de
alto nivel – como la Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuária (Embrapa) – , complementándola con datos
cualitativos de fuentes como medios de prensa o notas informativas.
La siguiente figura sintetiza algunas de las posibles disrupciones causadas por la COVID-19 en la cadena
de suministro de alimentos, entornos alimentarios y comportamiento del consumidor, que pueden haber
modificado de manera negativa los hábitos de consumo de alimentos saludables
Explicación:
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