la anécdota: etapa de cuarentena.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Todas las tardes, a eso de las ocho, muchos ciudadanos salen a aplaudir a sus ventanas. El motivo no es otro que agradecer el esfuerzo que los trabajadores sanitarios están haciendo para ayudar a frenar y superar la crisis del coronavirus. Sin embargo, no solo son los profesionales de la salud; y es que hay trabajadores que, sin quererlo, se han convertido en protagonistas de esta crisis y desarrollan su trabajo en primera línea de máximo riesgo de contagio: los trabajadores de supermercado. Numerosas muestras en redes sociales dan cuenta del esfuerzo de los empleados del supermercado, que cada día han de afrontar no solo la presión y el riesgo de poder contagiarse, sino también hacen frente al estrés de los ciudadanos, que comienzan ya su segunda semana confinados.
Ángel es uno de esos empleados, y a través de Twitter ha querido agradecer las muestras de cariño recibidas y, de paso, contar alguna de esas historias que viven a diario con sus clientes. Pero no las desesperantes, sino aquellas anécdotas solidarias que han conseguido emocionarle.
Explicación:
mas unformacion aqui Todas las tardes, a eso de las ocho, muchos ciudadanos salen a aplaudir a sus ventanas. El motivo no es otro que agradecer el esfuerzo que los trabajadores sanitarios están haciendo para ayudar a frenar y superar la crisis del coronavirus. Sin embargo, no solo son los profesionales de la salud; y es que hay trabajadores que, sin quererlo, se han convertido en protagonistas de esta crisis y desarrollan su trabajo en primera línea de máximo riesgo de contagio: los trabajadores de supermercado. Numerosas muestras en redes sociales dan cuenta del esfuerzo de los empleados del supermercado, que cada día han de afrontar no solo la presión y el riesgo de poder contagiarse, sino también hacen frente al estrés de los ciudadanos, que comienzan ya su segunda semana confinados.
Ángel es uno de esos empleados, y a través de Twitter ha querido agradecer las muestras de cariño recibidas y, de paso, contar alguna de esas historias que viven a diario con sus clientes. Pero no las desesperantes, sino aquellas anécdotas solidarias que han conseguido emocionarle.