La Agroindustria de La Leche en Argentina
luc1an1ta:
El origen de la industria láctea en Argentina se remonta a fines del siglo XIX y a principios del XX. Al expandirse, experimentó procesos de modernización que implicaban la incorporación de un conjunto de tecnologías de avanzada, referidas tanto a la producción de leche fluida como de productos derivados (principalmente manteca y caseína). El tendido de la red ferroviaria permitió transportar la producción láctea desde el interior argentino. ¿te sirve?
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En el último cuarto del siglo XIX la Argentina se incorporó a la división internacional del trabajo como proveedora de materias primas de clima templado (principalmente ganado y cereales). Inglaterra era su principal mercado de colocación y también, en la provisión de manufacturas industriales. El principal eje de la economía argentina pasaba por el mercado externo (Gerchunoff y Llach, 2000, pp. 18-34). No obstante, durante esta etapa hubo un cierto desarrollo industrial vinculado al mercado interno y derivado del "bien primario exportable", ya que para adecuar los niveles de producción agraria a la demanda agregada se generaban, por un lado, demanda de insumos tecnológicos que sí bien eran cubiertos mediante la importación, inducían al surgimiento de talleres de reparación y fabricación de partes de la maquinaria agrícola y, por el otro, actuaban como "eslabonamientos hacia delante", promoviendo el desarrollo de las industrias derivadas de la producción agropecuaria (Geller, 1975, pp. 156-200). Así, cobraron impulso las industrias harinera, frigorífica, azucarera, vitivinícola y láctea. La historia de la industria láctea, a diferencia de las otras mencionadas, está escasamente estudiada. Presenta además, la particularidad de que, desde sus orígenes, estuvo vinculada tanto al mercado interno como externo y en la cual la presencia del cooperativismo fue relevante.
A partir de 1930 el Estado comenzaría a intervenir más activamente en la economía y en la sociedad civil, a través de un conjunto de regulaciones. El accionar estatal actuaría como un importante motor en el proceso de acumulación que se basaba en la industrialización sustitutiva. No obstante, el sector agropecuario seguiría desempeñando un rol clave tanto en el mercado interno y como generador de divisas. El espacio público se expandiría con el fortalecimiento de los sindicatos obreros, los gremios agrarios y las diversas asociaciones, ahora sujetas al control estatal.
En este artículo se plantea cómo, durante el período histórico considerado, las cooperativas lácteas asumieron la función de defensa de los intereses de los productores tamberos frente a los terratenientes, a los comerciantes, a los industriales y al Estado, papel que no forzosamente le ha competido al mismo en períodos históricos posteriores y, cuyo sentido, por tanto, de debería naturalizarse. En las cooperativas existió una apelación a intereses económicos generales de los productores con un componente ideológico que señalaba las ventajas de las organizaciones cooperativas frente a la empresa privada en la representación frente al Estado y en la gestión de los negocios de los tamberos. Además, los diferentes colectivos de productores llevaban adelante sus operatorias económicas particulares en cada cooperativa primaria A esta particular configuración institucional que contempla intereses más generales y otros más particulares, con componentes económicos e ideológicos se refiere Lattuada cuando habla del "sincretismo" entre objetivos gremiales y cooperativos, presente, sobretodo en las organizaciones de segundo grado y referido entre otras cuestiones, a que "(...) sí bien es indiscutible su organización como asociación económica (no reivindicativa) (...) participan de reclamos o realizan acciones que benefician directa o indirectamente a un universo más extenso que el de sus asociados". (Lattuada, 2006, p. 23).
A partir de 1930 el Estado comenzaría a intervenir más activamente en la economía y en la sociedad civil, a través de un conjunto de regulaciones. El accionar estatal actuaría como un importante motor en el proceso de acumulación que se basaba en la industrialización sustitutiva. No obstante, el sector agropecuario seguiría desempeñando un rol clave tanto en el mercado interno y como generador de divisas. El espacio público se expandiría con el fortalecimiento de los sindicatos obreros, los gremios agrarios y las diversas asociaciones, ahora sujetas al control estatal.
En este artículo se plantea cómo, durante el período histórico considerado, las cooperativas lácteas asumieron la función de defensa de los intereses de los productores tamberos frente a los terratenientes, a los comerciantes, a los industriales y al Estado, papel que no forzosamente le ha competido al mismo en períodos históricos posteriores y, cuyo sentido, por tanto, de debería naturalizarse. En las cooperativas existió una apelación a intereses económicos generales de los productores con un componente ideológico que señalaba las ventajas de las organizaciones cooperativas frente a la empresa privada en la representación frente al Estado y en la gestión de los negocios de los tamberos. Además, los diferentes colectivos de productores llevaban adelante sus operatorias económicas particulares en cada cooperativa primaria A esta particular configuración institucional que contempla intereses más generales y otros más particulares, con componentes económicos e ideológicos se refiere Lattuada cuando habla del "sincretismo" entre objetivos gremiales y cooperativos, presente, sobretodo en las organizaciones de segundo grado y referido entre otras cuestiones, a que "(...) sí bien es indiscutible su organización como asociación económica (no reivindicativa) (...) participan de reclamos o realizan acciones que benefician directa o indirectamente a un universo más extenso que el de sus asociados". (Lattuada, 2006, p. 23).
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