Religión, pregunta formulada por anyrecinos13, hace 5 meses

¿La actitud de Edith Stein responde al paradigma de humanidad que Jesús propone?​

Respuestas a la pregunta

Contestado por derly584
0

Respuesta:

no o se

Explicación:

pero gracias por los punto

Contestado por albanroxana11
3

Respuesta:

El 11 de octubre de 1998 era canonizada en Roma Edith Stein. Un año más tarde, con motivo del último Sínodo de los Obispos, Juan Pablo II la nombraba, juntamente con Santa Brígida de Suecia y Santa Catalina de Siena, patrona de Europa... ¿Es esta mujer, víctima del holocausto nazi contra el pueblo judío, una figura tan relevante en la vida de la Iglesia para un título semejante? ¿Quién es esta mujer? ¿Qué mensaje nos deja a los cristianos de hoy?

Se ha dicho que el siglo XXI va a ser, entre otras cosas, el siglo de la mujer, quizá por la indudable relevancia que está teniendo la presencia de la mujer en todos los ámbitos, tanto de la sociedad como de la Iglesia. No sé si será el siglo de la mujer, en el que se pueda proclamar el fin de las discriminaciones y lleguen a reconocerse sus plenos derechos en todos los campos, pero lo que sí es cierto es que Edith Stein fue una gran mujer en la sociedad y en la Iglesia, que tiene mucho que enseñarnos a todos: a los creyentes y a los no creyentes, a los laicos y a los consagrados, a quienes buscan la verdad y a quienes luchan sinceramente por una humanidad mejor, a quienes se han encontrado con Cristo y también a quienes les gustaría encontrarse con El.

I. Aspectos relevantes de su vida y personalidad

1. Contexto histórico y social

Edith Stein pudo ser nombrada copatrona de Europa porque, entre otras razones, le tocó vivir momentos transcendentales de la historia de este viejo continente y supo vivirlos desde la lucidez de la razón y de la fe, con entereza humana y cristiana, siendo víctima testimonial de una historia amenazada por la barbarie de la sinrazón, el desprecio de lo humano y lo divino.    

2. Infancia y juventud feliz

E. Stein, de origen judío, nace el 12 de octubre de 1891, que ese año coincidió con la gran fiesta judía del Yon Kippur o día de la Expiación. Este día de expiación y reconciliación del calendario judío, podemos decir que es el símbolo de lo que fue su vida: una vida vivida como reconciliación entre la razón y la fe, el judaísmo y el cristianismo, la religión y la cultura, la tradición y el futuro; una vida ofrecida como expiación por su propio pueblo y por el bien de los demás (2).

3. Formación universitaria y vocación intelectual

E. Stein comienza sus estudios universitarios en su ciudad natal de Breslau en germanística, historia y psicología, en una época en la que la mujer apenas tenía acceso a los estudios superiores; pensemos que fue en 1901 cuando se consiente en Alemania el acceso de la mujer a la Universidad. Sus estudios estuvieron orientados en su planteamiento personal a la búsqueda de la verdad y el conocimiento de la persona humana.

4. Camino de la conversión y encuentro con la verdad

Los logros académicos y su indudable capacidad intelectual, hacían suponer un futuro profesional de grandes éxitos. Su tesis doctoral, defendida el 3 de agosto de 1916 en la universidad de Freiburg, donde se había trasladado Husserl, mereció la máxima calificación, es decir, “summa cum laude”; su maestro la elige como asistente suya, cargo que nunca había tenido ninguna mujer antes en la universidad alemana. En los años que permaneció en este cargo (1916-1918) realizó el trabajo titánico de ordenar el inmenso material de Husserl, consistente en millares de hojas escritas e imponentes montones de fichas, tomadas la mayor parte en taquigrafía.

5. Laica comprometida en la educación cristiana

Desde su conversión E. Stein tiene puesta su vista en el Carmelo, para poder vivir en plenitud la verdad que ella ha descubierto de la mano de Teresa de Jesús, pero estos ardientes deseos no se realizarán hasta doce años más tarde. Su conversión fue un fuerte shock para su familia y especialmente para su madre que, como piadosa mujer judía, se opuso por todos los medios, y esto fue para E.Stein un motivo de profundo sufrimiento durante toda su vida; su madre siempre creyó que “cada cual debe vivir y morir en la fe en que ha nacido” (15), como escribirá E. Stein a G. von Le Fort.

6. Entrada en el Carmelo: una decisión firme y dolorosa  

Ante la nueva situación de acoso y abierta persecución a los judíos, E. Stein comprende que ha llegado el momento de tomar una decisión esencial sobre su vida, pero aún no sabe cuál será la más conveniente; se le ofreció la posibilidad de proseguir su trabajo intelectual en el extranjero, concretamente en Sudamérica; “mas cuando vino, se me había mostrado ya otro camino muy distinto” (18); sin duda era el camino del Carmelo, en el que ella había soñado desde su conversión y al que el mismo Dios le conducía de forma providencial.

Explicación:

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