Konago o cómo burlarse de los poderosos Konago, la lagartija, estaba en el hueco de un palo, escondido, porque la «gente tigre» se lo quería comer. Como no podían sacarlo, comenzaron los tigres a engañarlo y le decían: –Konago, ¡sal de ahí! Ven a mirar cómo están saliendo dos soles. Él se asomaba y les contestaba: –Cuando mi papá vivía sobre la tierra no salían dos soles. ¿Por qué ahora van a salir dos? Como no lo pudieron sacar con mentiras se pusieron a hurgar el hueco con vena de palma milpés. Como él estaba parado con las piernas abiertas, la vara hurgaba pero pasaba de largo. Konago defecó. Entonces los tigres pensaron que estaba ya muerto y podrido porque al retirar la vara la olieron y olía muy mal. Dijeron: –Tan buena nuestra cacería, pero ya se murió y se pudrió. Ahí lo dejaron. Se vinieron y llegaron a donde estaban los micos chichicos. Estaban pelando un palo de chirimoya. Como estaba liso, ellos jugaban subiendo y bajando. Los tigres, al verlos, dijeron: –Sobrinos, ustedes sí que juegan bonito. –Sí. Nosotros siempre jugamos así. Si ustedes quieren pueden jugar también. Se subió un tigre a rodarse, creyendo que era fácil. Los chichicos sabían hacerlo, en cambio el tigre se vino desde allá y se estrelló contra un palo duro y se murió. Siguieron los demás y llegaron donde Nonocueño, el perico ligero pequeño, que estaba jugando en el canal de una palma. Ellos vieron cómo se rodaba por ese canalito. Dijeron: –Tú sí que juegas bonito. –Sí. Así es como juego yo. –Nosotros también queremos jugar. –Bueno. Jueguen. Como el tigre es muy grande, se atravesó sobre los bordes del canal y rodó por encima. Como esa hoja tiene los bordes cortantes y el tigre era muy pesado se trozó el cuerpo. Así murió otro. Siguieron los demás hasta que se encontraron con el venado colorado. Este, al ver que venían los tigres se convirtió en carroña. Ya comenzaron a decir: –¡Qué buena cacería! ¡Y se pudrió aquí! Cogieron la cabeza y se pusieron a ensayar los cachos en su cuerpo, chuzándose. Cuando uno de ellos se lo puso en los ojos el animal revivió, y después de espichárselos escapó. Ahí quedó otro tigre. Solo quedaba uno. Siguió el camino y se encontró con una tortuga que estaba bajando castañas. Ella se ponía patas arriba y pedía así: –Fruta de los churucos, ¡cae sobre mí! Apenas decía así, se hacía a un lado y la castaña caía sobre un palo de corazón reventándose y botando los frutos. Ese era su alimento. Al verla hacer eso el tigre dijo: –¡Qué bonito juegas tú! Yo también voy a pedir a ver si me cae una para comer. Entonces se puso patas arriba y pidió lo mismo. Desde la copa de ese altísimo árbol se vino el gran coco repleto de castañas y le cayó en el corazón. De esa manera murió el último tigre. Dijo la tortuga: –Bien hecho, así es como terminarán todos los malos que persigan a los demás creyéndose muy poderosos.
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Ayudemen por favor!!!
juansebastianf12:
o una explicación
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Well that was only good axis I thought it was from English from work iji que pijon....
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