Castellano, pregunta formulada por linacaliz42, hace 1 mes

juventud de Manuel del socorro ​

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Contestado por ricardoreason
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Hijo de don Manuel Baltasar Rodríguez y doña María Antonia de la Victoria, sus biógrafos Torre Revello, Otero Muñoz y Cacua Prada, quienes ubican su nacimiento hacia el lunes tres de abril de 1758 en Bayamo, Cuba fue el último de cuatro hijos, de las cuales las anteriores eran mujeres como el único varón del matrimonio Rodríguez de la Victoria. Su padre era maestro de primeras letras y ejercía también el arte de la escultura supliendo los gastos que se generaban en la familia; mientras que su esposa María Antonia de la Victoria era una modesta pero virtuosa ama de casa​. Dada la condición de su familia, que no gozaba de abundantes bienes pero si de una gran estima entre los habitantes, el padre de la parroquia del Santísimo Salvador de Bayamo nombró a Manuel del Socorro cuando era pequeño como acólito de la iglesia de San Juan de Evangelista, permaneciendo en este cargo por seis años. Según lo refiere un relato biográfico de la época, Manuel del Socorro era un profundo cristiano, no solo en su rol de monaguillo sino en el de maestro que expresó siempre su piedad como buen católico. Igualmente, cultivó las artes plásticas sin tutores ni maestros, a tiempo que daba muestra de su amor por la lectura y su pasión por los libros, rasgos que estaban acompañados por un carácter de pedagogo y auto-didáctica El Vicario Fontaine afirma su principal afición eran los libros, a cuya lectura y estudio dedicaba de noche, por cuanto las horas del día las consagraba a trabajar para el sustento de los suyos”. En ese mismo sentido el vicario Fontaine, citado por José Torre Revello advierte no tener un conocimiento y control sobre los libros y las lecturas de joven maestro, en una conducta que es perfectamente comprensible frente al control de creación y circulación de libros que ejercía el clero sobre los fieles: “sus estudios exponía a continuación como que han sido nocturnos y privados nadie puede dar razón individual de ellos; empero las obras que he visto, y que ha dado al público en esta Villa manifiestan que no son bulgares".

Su origen humilde y la muerte de su padre a los ocho años de edad marcaron el comienzo de una vida de sacrificios y vejaciones y el compromiso de velar por su madre y sus dos hermanas huérfanas.​ A raíz de esto asumió la labor de formación de los menesterosos que acudían a la escuela de la iglesia de Bayamo. Durante cuatro años “se puso al frente de la escuela que dirigió su papá y en su propia vivienda habilitó unas piezas para aulas y allí enseñaba en forma gratuita a quienes no tenían recursos para ingresar a los planteles oficiales”. Sin embargo, la actividad no resultaba muy rentable y además tenía que responder con las cargas económicas de su hogar, por lo cual se vio obligado a abandonar la enseñanza. Posteriormente se dedicó al dibujo, la pintura, la talla y la escultura en madera de lo cual aún se conserva el altar barroco de la iglesia de Bayamo en 1771; como señala Antonio Cacua Prada, “Años después estos conocimientos pictóricos le suministraron los únicos denarios para su mísera subsistencia” En 1774 el Marqués de Guisa aseguró que el joven del Socorro contaba con una excelente reputación y le sugirió llevarlo a España pero éste se negó porque “según su conciencia no podía separarse de sus hermanas jóvenes”.

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