Iremos queremos una historia de la liebre y el conejo
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
En ese bosque todos sabían que la liebre era el animal más veloz. Todas las mañanas, antes de que saliera el sol, la liebre corría y corría por las estrechas sendas entrenando cada día. Cuando los demás despertaban, ya había hecho kilómetros y kilómetros sin que nadie se enterara. Tan solo el búho, cada amanecer, veía a la liebre correr, pero no decía nada.
Un día, un conejo con fama de envidioso, se plantó delante de la liebre y dijo delante de todos:
- Es fácil ser el más veloz cuando la naturaleza te da ese don.
La liebre oyó al conejo, pero no dijo nada.
Al otro día el conejo volvió a decir:
- ¡Dejad paso a la liebre que corre como un rayo! - y al mismo tiempo, mofándose de ella, hizo una mueca cuando pasó por su lado.
Cada día, la liebre escuchaba y aguantaba sus burlas sin decir nada.
Una tarde, el conejo envidioso fue a visitar a sus padres a una madriguera cercana, y en el camino se hizo de noche. De repente le llegó el olor inconfundible del fuego y, enseguida se vio envuelto entre las llamas y una espesa humareda. Empezó a toser ahogándose y no podía ver nada con el humo.
El búho desde lo alto de un árbol ululó enseguida alertando a los animales:
- ¡Fuego, fuego, fuego! - y todos salieron huyendo de allí.
¿Todos? No.
La liebre fue corriendo hacia el fuego y, poniendo en peligro su vida, se metió entre las llamas y fue salvando a los animales que estaban en el incendio. Entre ellos se encontraban el conejo envidioso y sus padres.
En poco tiempo, gracias al búho y a la liebre, se habían salvado muchos animales del terrorífico incendio.
El conejo envidioso agachó las orejas y muy apesadumbrado dijo delante de todos:
- Perdóname liebre.
Y entonces, fue cuando el conejo descubrió lo que ya todos sabían; la liebre además de ser la más veloz, era valiente y generosa.
La liebre continúo corriendo, corriendo, corriendo, antes de que saliera el sol.
El búho, nunca contó en el bosque, que la liebre además de ser veloz, valiente y generosa tenía una voluntad de hierro
Explicación: