Investigar y redactar una Carta a una persona que se sienta sola y que con tu mensaje le animes a encontrar la esperanza en este tiempo que nos preparamos para recibir a Jesús en nuestra vida.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
“El que espera, desespera” dice un refrán popular. Esperar algo no es satisfactorio para nadie y en ocasiones las salas de espera en oficinas y consultorios se convierten en salas de tortura para muchos que, como yo, son impacientes y perciben el tiempo de espera como un tiempo perdido. Esta creencia común puede percibir a la esperanza como algo negativo y algo no muy deseado.
Sin embargo, la esperanza, desde el punto de vista bíblico, es una virtud esencial y tiene una connotación positiva. De hecho, la esperanza de los creyentes siempre está basada en Dios y sus promesas. Nuestro Dios no solamente es una fuente de nuestra esperanza sino que El es el Dios de esperanza: “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo (Rom. 1:13). La esperanza de los cristianos está personificada en Jesús: “Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza”(1 Tim.1:1). El carácter de Dios, quien siempre es bueno, fidedigno y verdadero nos motiva a confiar y esperar en El y en sus promesas. Así que, el teólogo Jurgen Moltmann en su famoso libro La teología de la esperanza nos dice que “la esperanza no es otra cosa que la expectativa de aquellas cosas que por la fe creemos han sido claramente prometidas por Dios”.
Explicación:
(: