investigacion sobre el baile amarillas y gusto de michoacan
Respuestas a la pregunta
Explicación paso a paso:
Entre luces amarillas y pantallas que proyectan imágenes de paisajes, 16 bailarines mexicanos aparecen en un escenario poco habitual para ellos: un teatro en la ciudad de Bursa, Turquía. Las mujeres impresionan con sus vestidos largos de distintos colores y los hombres con sus trajes de charro. Juntos comienzan un coro de zapateado al compás del “Son de la negra”, una de las piezas de mariachi más representativas de Jalisco.
Estos jóvenes son integrantes del grupo de danza folkórica Tumbi Uarhari. Todos ellos son originarios del modesto municipio de Taretan, Michoacán. Hasta ese momento solamente se habían presentado en parte de la República Mexicana y esta fue su primera exhibición en el extranjero.
“Meses de ensayo y arduo trabajo terminan en presentaciones de cinco minutos ante miles de personas y seis jueces. Buscábamos enamorar con nuestra música, baile, vestuario y personalidad y se logró.", dijo Ernesto
La mirada de los espectadores, provenientes de Europa y Asia, se concentraba en no perder detalle de las distintas formaciones que los Tumbi mostraban. Algunos chiflaban junto a los bailarines, otros gritaban “¡eppa!” y marcaban el ritmo con lo pies.
Durante el baile, las mujeres giraron como rehiletes mientras los hombres las seguían con un afán de cortejo. Al finalizar los primeros acordes de guitarra, los aplausos se hicieron presentes.
Luego de tres presentaciones del 16 al 18 julio con piezas de Jalisco, Chihuahua y Nuevo León, los Tumbi fueron galardonados con mención honorífica al obtener el primer lugar de baile folklórico de entre 23 países más que participaron, como Venezuela, Italia, Argentina y otros en el 33º Festival Internacional de Danza Folklórica en Turquía.
Para los Tumbi esta oportunidad fue “cosa del destino” cuando el coreógrafo Iván Rodriguez, se acercó a ellos y les ofreció ser los representantes de México en Turquía debido a que su grupo no podía cubrir los gastos.
Al aceptar el reto el grupo pasó por muchas dificultades. La principal fue la falta de apoyo económico de las autoridades de su municipio para solventar su viaje. Entonces decidieron botear en las calles. Un recurso por el que han optado desde hace cuatro años.
La meta era juntar un millón 800 mil pesos, 45 mil por cada integrante que haría el viaje a Turquía. En total, en los Tumbi, son 40 miembros (25 hombres y 20 mujeres). Todos ellos, incluidos familiares y amigos, se involucraron en la venta de chocolates y organizaron para alcanzar el objetivo.
Sin embargo, por la escuela, el trabajo u otras cuestiones no todos pudieron asistir y sólo reúnieron lo necesario para costear el viaje de 16 bailarines. A partir de ese momento, los Tumbi se dedicaron exclusivamente a ensayar sin cesar en el lugar que siempre ha sido su escuela: la plaza municipal del centro de Taretan, hasta que el momento de volar llegó.
“Presentarnos en un escenario al otro lado del mundo por el cual luchamos, ver la reacción del público y escuchar sus aplausos hacen que al final las tardes bajo el sol boteando y todo el esfuerzo valga la pena”, declaró Paola Ibarra, una de las bailarinas que mostró su talento en Europa.
En los tres años que Paola y sus compañeras Yunuen Rodríguez y Erika Valencia han sido miembros de los Tumbi, entendieron que el folklore no se trata sólo de bailes, sino que la constancia desarrolla habilidades y que el esfuerzo puede superar cualquier obstáculo para hacer los sueños realidad.
Por esta razón, consideran, su mayor fortaleza es el compañerismo que hay entre los integrantes del grupo. Eso los enseñó a encontrar formas para dar a conocer su trabajo en estados como Jalisco, Veracruz, Ciudad de México, San Luis Potosí y Morelos.