investiga y presenta el papel de los actores sociales en la construcción de una sociedad pasifica en el Salvador
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
En el proceso de instauración de las democracias en el mundo, las diversas sociedades han establecido, mediante asambleas, cartas constitucionales que recogen las directrices fundamentales respecto al modo como éstas quieren regirse. Estas cartas experimentan, con relativa frecuencia, sucesivas reformas, unas veces más sustanciales que otras, pero siempre poniendo en juego la voluntad de las sociedades implicadas. Es así que las asambleas constituyentes son un evento fundamental de las democracias, ampliamente reconocidas por los Estados existentes. Es común encontrar procesos constituyentes nacionales, como los más recientes adelantados en países latinoamericanos, como Ecuador y Bolivia, por ejemplo. Como una modalidad particular de estos procesos democratizadores, dados no en el plano de lo nacional, sino en el local, presentaremos aquí las Asambleas constituyentes municipales en Colombia.
Si bien estas Asambleas constituyentes municipales conforman espacios de participación ciudadana y de formación política para la incidencia en la administración de los gobiernos locales, nuestra atención se centra en que ellas mismas representan un lugar propicio para el análisis de los procesos de legitimación o deslegitimación entre los actores sociales, como una expresión de las formas de relación en el ejercicio o la búsqueda del poder.
De forma más específica, nos preguntamos por los procesos de integración y articulación de las fuentes de legitimidad. Esta pregunta la ubicaremos en un lugar muy específico del ejercicio de la política: el juego de las relaciones entre los actores sociales. Son estos actores, desde el papel político o social que representan, la fuente encarnada de la legitimidad. En otras palabras, la legitimidad es un proceso contingente y fáctico de configuración de las relaciones entre actores sociales. Los procesos de articulación y de integración de actores, o lo contrario, de desarticulación o desintegración, son expresiones concretas de los reconocimientos de legitimidad o no que se establecen en el fondo de las relaciones. La articulación entre actores o la integración de uno de ellos, da cuenta de los mayores o menores grados de reconocimiento, validación, credibilidad o solidaridad que los legitima. En estos procesos de articulación e integración, la legitimidad opera siempre en doble vía; en la forma de ser reconocido y en reconocer a quien me reconoce.
Es importante aclarar en este momento que por actores sociales, en un sentido amplio, entendemos el conjunto de personas, grupos, organizaciones e instituciones que interactúan en los ámbitos de lo social, lo político y lo económico y que conforman sistemas de relación específicos en ámbitos territoriales que le son propios, que pueden ir desde lo local, pasando por lo regional y nacional, hasta lo internacional.
La situación colombiana, que enmarca las experiencias de Asambleas constituyentes municipales que voy a presentar aquí, agrega a este juego de relaciones un factor determinante de las mismas: el contexto de conflicto armado prolongado. Tal conflicto armado implica a su vez profundas conflictividades políticas y sociales, que en su conjunto resultan ser a la postre un entrelazamiento de causalidades mutuas y circulares.2 La configuración de las Asambleas, en sus formas organizativas, objetivos, acciones, e incluso en sus ámbitos territoriales de incidencia, responde a los contextos específicos determinados por las dinámicas del conflicto social y armado. En términos generales, este contexto conflictivo, tanto social como armado, siendo un escenario que agrega dificultad a los procesos de articulación e integración entre los actores, ofrece por lo mismo un interesante ámbito para el estudio y análisis de las relaciones entre actores en procesos sociales de larga duración.
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