introducion, desarrollo y conclusión del texto el rey sabio gibrán khalil gibrán
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Hace varios, varios años en una localidad de Irán llamada Wirani, hubo un monarca que gobernaba con firmeza su territorio.
En Wirani solo había un pozo sin embargo era bastante enorme y servía para abastecer a todos los pobladores de la metrópoli.
Ocurrió que una noche de verano, a medida que todos dormían, una horripilante bruja se dirigió sigilosamente al pozo. Lo tocó y inició a reírse demostrando sus escasos dientes negros e impregnando el aire de un aliento que olía a pedo de mofeta ¡Estaba a punto de realizar una de sus maquiavélicas artimañas y aquello le divertía mucho!
– ¡Ja, ja, ja! ¡Estos pueblerinos se van a enterar de quién soy yo!
– Soy una bruja y como bruja me comporto ¡Quien beba de esta agua se volverá del todo loco!
Todos los pobladores de Wirani, sudando como pollos, corrieron a buscar agua del pozo para aplacar la sed y darse un baño de agua gélida. Curiosamente, nadie se otorgó cuenta de que el agua no era exactamente la misma y ciertos hasta exclamaban:
– ¡Qué delicia!… ¡El agua del pozo está hoy más rica que nunca!
Pasó el caluroso día, pasó la noche, y el nuevo amanecer arribó como continuamente, empero lo cierto es que ya nada era igual en la urbe ¡Todo el planeta había cambiado! Por culpa del hechizo de la bruja, hombres, féminas, chicos y ancianos, se levantaron nerviosos y realizando cosas disparatadas.
No había duda… ¡Todos sin exclusión habían perdido el juicio!
Los habitantes se arremolinaron alrededor de él, y al mirar que no se comportaba como ellos, comenzaron a pensar que se había vuelto demente de remate.
Enteramente trastornados salieron corriendo en tropel hacia la plaza primordial para decirse unos a otros:
¡Yo pienso que se ha vuelto majareta!
– ¡Tenemos que expulsarlo y que gobierne otro!
– ¡¿Pero qué demonios está pasando?! ¡Todos mis súbditos han perdido el seso y consideran que el que está demente soy yo!
Sí, queda claro que todos han tomado menos yo y por esa razón me he salvado… ¡Apuesto el pescuezo a que es decir cosa de la malvada bruja!
– ¡Aquí tiene, majestad, toda suya!
El monarca la tomó por el asa, apartó a la población a codazos y dando enormes zancadas se plantó frente al pozo de agua sin ningún tipo de miedo.
El monarca metió la jarra en el pozo y tomó unos cuantos sorbos del agua embrujada.