Introducción. Los principales retos de la lectura en México en la era de internet
Respuestas a la pregunta
Introducción
Existe hoy cierto avance en el reconocimiento de que la
Cultura representa, además de elementos espirituales, estéticos
y morales que nos caracterizan por su contenido simbólico,
también un recurso económico y, como tal, productivo.
Dentro de este panorama, la lectura representa un factor
de desarrollo humano, creativo y cultural, ya que es un pilar
de desarrollo económico integral. El trasfondo de esto recae
en la capacidad de difundir y plasmar una vasta diversidad
de contenidos que permiten generar experiencias tanto
recreativas como productivas y fundamentar una formación
humana y académica de alto nivel.
La distribución de esos beneficios depende
primordialmente de la posibilidad de acceso a contenidos
que, a su vez, son resultado de la diversidad que provee el
mercado de libros digitales y físicos. Efectivamente, a raíz de
los recientes avances tecnológicos, los medios de acceso se
han diversificado y multiplicado, dejando atrás la exclusividad
de la lectura física o de papel para ahora incorporar a la
lectura digital. A partir de esta dinámica, se provoca una
transformación en los patrones de consumo de contenidos,
respondiendo a la adopción de diversos dispositivos
como lectores de libros electrónicos, tabletas, smartphones
y computadoras, más los dispositivos y plataformas
tecnológicas de apropiación de contenidos que se sigan
desarrollando.
Por ende, los esfuerzos realizados para masificar la lectura
y sus consecuentes beneficios, deben de considerar el efecto
distributivo que poseen las Tecnologías de la Información y
Comunicación (TIC).
En este contexto, la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) enuncia
lo siguiente: “Si todas las personas del planeta entendieran
que su teléfono celular podría transformarse —fácilmente
y por poco dinero— en una biblioteca rebosante de libros,
el acceso a textos dejaría de ser un obstáculo para la
lectoescritura”1
, haciendo de iniciativas como Worldreader
Mobile un catalizador para el desarrollo humano.
Con la finalidad de explorar el escenario o contexto en
el cual la lectura física y electrónica se posicionan como un
elemento que propicia el desarrollo humano y económico, es
necesario considerar los factores que moldean al mercado de
libros, es decir la oferta y la demanda.
Así, es posible resaltar dos principales tendencias
en el ámbito de la lectura digital: por el lado
microeconómico, destaca un proceso de sustitución parcial
y complementariedad en plataformas de acceso, mientras
que en el aspecto macroeconómico encontramos la
diversificación, mejora y ampliación del mercado.
Determinantes de la oferta
y la demanda por la lectura
Las principales diferencias entre la lectura física y la
electrónica se hacen latentes en los determinantes de la
oferta y la demanda. Esto se debe a que más allá de la
alfabetización y el acceso, existe una cierta marginación
digital, es decir, restricciones para el acceso a contenidos en
formato electrónico.
Por el lado de la oferta, existen tres determinantes
principales: la disponibilidad y acceso a dispositivos, la
existencia de libros digitales y la penetración en medios de
pago.
La disponibilidad de dispositivos electrónicos hace
referencia a los diferentes medios de acceso que poseen
los usuarios. En general, podemos hablar de 3 plataformas
dominantes: tabletas/libros electrónicos, smartphones y
laptops/computadoras. En este aspecto, se denota una
limitada disponibilidad de dispositivos cuyo efecto resulta en
una restricción estructural al potencial de crecimiento para
la oferta. Tan solo en el caso de las computadoras, 45.4% de
los hogares a nivel mundial cuentan con una computadora, al
observar únicamente los hogares en países en desarrollo esta
cifra disminuye a 32.9%.2
Aunado a lo anterior, la limitada cantidad de usuarios con
acceso a medios de pago electrónicos (tarjetas de crédito/
débito) así como el hecho de que la mayor proporción de
consumo de lectura electrónica proviene de productores
extranjeros, generan un mercado nacional mermado y aún
más limitado en términos de crecimiento.
Por otro lado, la oferta de libros digitales responde a la
demanda de los consumidores que impulsa la producción
de diferentes contenidos. En este sentido conviene destacar
los diversos factores que determinan la demanda de libros
digitales, como son la posesión de tarjetas o sistemas de
crédito para pago en línea, el uso cotidiano de dispositivos
electrónicos y la complementariedad existente entre