Introducción de un ensayo de Klar Max, Geor Hegel y Friedrich Engels sobre las diferencias y pensamientos críticos
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
el éxito de un sistema socioeconómico depende de su capacidad de satisfacer las necesidades básicas de los seres humanos.
Explicación:
Es necesario recordar que el socialismo y el comunismo
no empiezan con Marx y Engels. Había grandes pensadores antes que ellos que defendían la idea de una sociedad sin clases, basada en la propiedad común: Robert Owen, Fourier, Saint Simon.
Ya en el siglo XVI, Tomas Moro escribió su libro Utopía, describiendo una sociedad comunista. Incluso antes,
los primeros cristianos se organizaron en comunidades donde la propiedad privada estaba radicalmente abolida, como se puede constatar en los Actos de los Apóstoles. Marx y Engels calificaron a todas estas tendencias como socialismo utópico, mientras que lo que ellos defendían era el socialismo científico. ¿En qué consistía la diferencia? Para los utópicos, el socialismo era tan solo una buena idea, algo moralmente deseable que había que predicar a los hombres. Desde este punto de vista, si hubieran tenido razón, este sistema de sociedad podría haberse puesto en marcha hace dos mil años, ¡con lo cual la humanidad se
hubiera ahorrado bastantes molestias! Por primera vez, Marx y Engels explicaron que el socialismo tiene una base material, que consiste en el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas —la industria, la agricultura, la ciencia, la tecnología—. El materialismo histórico explica cómo el desarrollo histórico se basa en última instancia en el desarrollo de las fuerzas productivas. Esta afirmación ha sido frecuentemente distorsionada por los enemigos del marxismo, que aseguran que Marx y Engels
“reducen todo a lo económico”. Los autores del Manifiesto contestaron repetidas veces a esta burda caricatura, como se ve en la célebre carta de Engels a Bloch: “Según la concepción materialista de la historia, el elemento determinante de la historia es en última instancia la producción y la reproducción
en la vida real. Ni Marx ni yo hemos afirmado nunca más que esto; por consiguiente, si alguien lo tergiversa transformándolo en la afirmación de que el elemento económico es el único determinante, lo transforma en una frase sin sentido, abstracta y absurda. La situación económica es la base, pero las diversas partes de la superestructura: las formas políticas de la lucha de clases y sus consecuencias, las constituciones establecidas por la clase victoriosa después de ganar la batalla, etc., las formas jurídicas, y, en consecuencia, inclusive los reflejos de todas esas luchas reales en los cerebros de los combatientes: teorías políticas, jurídicas, ideas religiosas y su desarrollo ulterior hasta convertirse en sistemas de dogmas, también ejercen su influencia sobre el curso de las luchas históricas y en muchos casos preponderan en la determinación de su forma”. Es evidente que la religión, la política, la moralidad, la filosofía, etc., juegan un papel en el proceso histórico.
No obstante, en última instancia, el éxito de un sistema socioeconómico depende de su capacidad de satisfacer las necesidades básicas de los seres humanos.
MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA