informe donde se refleje el proceso de historico de la autonomía
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
I. AUTONOMÍA
Efectivamente, la autonomía es uno de los puntos neurálgicos de
la modernidad que proclama y busca la autonomía de los individuos
y, también, de los grupos sociales. Se presenta siempre como «el
gran mito contemporáneo» 1, que encaja e interacciona con otras
ideas que son la autodeterminación, la crítica, la tolerancia, la demo-
cracia, la decisión pública, pero es, a la par, uno de los aspectos cen-
trales de cierta postmodernidad.
Pese al énfasis e importancia que sus usuarios atribuyen a la
noción de autonomía, como lugar común conectado a su definición
más rigurosa, la de Kant, que reviste precisamente al tópico de unaaureola intelectual, no deja de haber indicios de que se usa como un
vulgar cliché que desempeña moralmente la función del famoso
«bálsamo de fierabrás» en medicina, que se empleaba para casi todo
sin que su eficacia estuviera demostrada en nada, salvo como place-
bo sedante para el enfermo.
Resulta interesante la comprensión de este trivial cliché porque,
en mi opinión, es uno de los síntomas en que se expresa la sutil
modulación del cambio del sentido medieval de la libertad, del senti-
do europeo u occidental originario, a su significado moderno, y
muestra, por otra parte, cómo su uso fundamentalmente actúa como
paralizante o neutralizante de la libertad y que conduce paulatina-
mente a su desaparición. Por lo demás, también nos pone de mani-
fiesto la fuerte dependencia que el actual uso práctico de la libertad
tiene respecto a la ilustración que, con la difuminación del significa-
do de esta noción, se inmuniza frente a las ideas y la libertad real.
1.1. Nociones
Aunque en Kant la noción de autonomía tiene un significado rela-
tivamente preciso pese a ser formal y, por tanto, insustancial, actual-
mente, al igual que con la tolerancia y el pluralismo, se caracteriza
por una amplia ambigüedad, pues hay varias formas de entender la
autonomía, pero de lo que no cabe duda es del sentido positivo y
emotivamente seductor que se le atribuye.
• El primer rasgo destacable es la multiplicidad de significados
que se le viene adjudicando a la autonomía. Lo cual, ante todo,
nos da idea del entusiasmo con que ha sido acogida la idea y el
entramado ideológico del que forma parte y, a la par, entendemos
la explicación del éxito en el progresivo proceso de su implanta-
ción. Resulta claro para cualquiera que actualmente se invoca
para todo, para decir que somos libres o para designar a un
gobierno regional con pretensiones (también se llaman autono-
suyas) o local con corrupción, para explicar la duración de la
batería de un teléfono móvil o la singularidad de una obra musi-
cal (casi todas son singulares), el tiempo que puede funcionar un
automóvil sin repostar gasolina (esto es la capacidad de su depó-
sito) o la independencia política, el carácter autocéfalo de una
iglesia o la madurez personal, que un mecanismo tenga un motor
o sea automático y la ausencia de discapacidades o minusvalías,el que otras personas no se puedan entrometer en la vida, activi-
dad, ámbitos de intimidad, etc., de un individuo y al organismo
que le controla. Estamos ante la autonomía para todo como cliché
que precisamente renunciando a su definición manifiesta más
bien la positiva acogida de una situación que se entiende deseable
o de un modo de ver las cosas ciego ante las consecuencias.
• Pero si buscamos un significado más preciso es obvio que deberí-
amos relacionarla con la filosofía de Kant, en la que, en sentido
individual, se enuncia expresamente y de una manera precisa
para cuestiones morales. Ahora bien, hemos de tener en cuenta
que la noción de autonomía era ya un postulado latente en toda la
modernidad, de la que es un axioma central; Kant se limita a
explicitarla y darle unos contornos más precisos.
En efecto, la noción de autonomía está disfrazada, por una parte,
en la separación de moral y derecho operada por la modernidad
(frente a la distinción conceptual medieval), algo que es claro en
autores modernos como Thomasius, Grocio, Locke y otros que atri-
buyen a la separación la misma función que la noción de autonomía
de Kant, que igualmente caracteriza a la moral con independencia
del derecho heterónomo. Es claro que la autonomía, como la dialéc-
tica, afirma «que el establecimiento de los primeros principios de la
filosofía es independiente de las leyes de la lógica formal» 2. Igual-
mente el tópico de la autonomía de la voluntad contractual 3 tiene su
origen en Grocio (1583-1645), se divulgó con Rousseau y, especial-
mente, por Kant, y se impuso sanguinariamente con la Revolución
Francesa, pasando a ocupar, como consecuencia, un lugar central en
el Código de Napoleón, que gira en torno a la idea.
Explicación:
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