información sobre la piedra de grava
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Ojos; no son tuyos sino de mi río; de mis piedras", le gritaba su cuñado. - ¡Hay que matarlo, Fermín! ¡Dale un balazo! - ¿Qué pasa? ¿A quién? -dijo sobresaltado el minero, y pidió la lámpara. Matilde estaba ya sentada. Sudaba un poco y frío. Parecía espantada. - ¡A Bruno! -dijo el minero-. Te convenciste. Matilde se abrazó a su marido y se echó a sollozar. -¿Tú? ¿Tú, Matilde? - Prefiero la realidad al sueño. Acepto tu plan, querido. ¡Lo acepto! Luego miró a su esposo, con los ojos aún empapados, pero con una expresión firme y enérgica, como si ordenara la consumación de algo muy grave. Don Fermín la besó en la mejilla. Le acarició la cabeza. - ¡Amor! Todo se hará a su debido tiempo. Ahora duerme tranquila. Y apagó la luz. Todas las sangres (Pág. 152, Tomo I, Ediciones Peisa, 1973) De acuerdo al texto: Completar información
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