Impulso drásticamente el dominio de los países ricos hacia los países pobres, a este
proceso se le conoce como el...
Respuestas a la pregunta
ua zona de influencia soviética, con lo que se impidió el desarrollo de un nuevo empresariado. Las instituciones de Alemania occidental ?que incluyen el sistema fiscal, los mecanismos para la determinación de los salarios mínimos y todo un sistema de reglamentación para la operación de la economía (como horarios, pensiones y demás)- podrían ser lógicas y sostenibles en una economía rica, desarrollada y exitosa, pero constituyeron un fardo infranqueable para la nueva región que se incorporó al país. La lección alemana es imponente.
Mientras otras naciones se hacen ricas, nosotros nos empeñamos en preservar los factores que causan y hacen perdurar la pobreza. No sólo parece haber un emergente consenso político respecto a la necesidad de abandonar los pocos mecanismos de mercado que ya funcionan en la economía mexicana, sino que se doblan las campanas por retornar a la era de los setenta en que el gobierno decidía todo a costa de la estabilidad política, el crecimiento de la economía y la oportunidad de progreso que para los sesenta ya comenzaba a caracterizar a la población del país. En sus manifestaciones aparentemente más benignas, el ímpetu hacia el subdesarrollo se manifiesta en la adopción y defensa de regímenes de seguridad social, sindicalismo, propiedad paraestatal y control de recursos naturales que no sólo no son compatibles con el desarrollo económico, sino que asfixian a la economía y sociedad mexicanas. El punto de todo esto es que existe la oportunidad de imitar a los ricos para ser ricos. Pero lo opuesto es igualmente obvio: mientras sigamos copiando a los pobres seguiremos siendo pobres.
CasinRespuesta:
Pocos temas son tan polémicos como el del desarrollo económico de un país. No lo es, en cambio, reconocer que unos países son ricos y otros pobres. Algunos, muy pocos, han encontrado el camino a la riqueza; otros, la mayoría, persisten en afianzar y profundizar su pobreza. Parecería elemental que para lograr el desarrollo, todo lo que tiene que hacer una nación pobre es imitar a las ricas. Sin embargo, más de cien años de experimentos de esta naturaleza revelan que, por obvio que parezca, éste no es un camino evidente. Al menos una razón crucial para explicarlo es que los países pobres tienden a caracterizarse por su incapacidad para separar los mitos de las realidades. Y en la medida en que ambos se mezclan, el resultado es, porque no podría ser de otra manera, más subdesarrollo. México no es excepción en este proceso.
Todo mundo puede distinguir con nitidez a los países pobres de los países ricos. Aunque diferentes en sus características específicas, todas las naciones ricas comparten muchas semejanzas, mientras que las pobres son todas diferentes. Cada una de las naciones europeas tiene una trayectoria que la diferencia de las otras; muchas de ellas cuentan con una historia todavía más larga de conflictos, guerras e invasiones entre sí. Y, sin embargo, más allá de sus diferencias de lenguaje y tradición, preferencias y formas de gobierno, sus semejanzas en términos de calidad de vida y de desarrollo cultural y político son enormes. Los países pobres, por su parte, sólo tienen diferencias que mostrar: cada uno puede explicar con precisión por qué sigue siendo pobre, quién es culpable de ello y, sobre todo, por qué es imposible romper con los círculos viciosos de la pobreza. En Tanzania la explicación es drásticamente distinta a la de Brasil y ésta incompatible con la de los paquistanos, pero todos ellos son países pobres que no parecen tener la habilidad para romper con los fardos que los paralizan. El dicho lo dice todo: como México no hay dos. Es un poco como decía León Tolstoy de las familias felices: a diferencia de las infelices, donde cada cual tiene una historia que contar, las familias felices son todas, a pesar de sus diferencias, muy similares.
Mientras que hay un conjunto de naciones ricas, incluyendo a un pequeño grupo de naciones subdesarrolladas que avanza con celeridad en la misma dirección, hay otro, mucho mayor, que se mantiene en la pobreza. Cada una de las naciones ricas tiene características propias que responden a su historia. De esta manera, Francia cuenta con un sector paraestatal amplio (aunque declinante), en tanto que en Estados Unidos se rechaza de entrada la noción de que el gobierno juegue un papel directo en la actividad económica. En Alemania el gobierno dispensa subsidios de manera masiva (por ejemplo hacia la antigua Alemania oriental), en tanto que en el Reino Unido se favorecen los mecanismos de mercado para resolver problemas de inequidad regional. Las diferencias son evidentes, pero las semejanzas son patentes.