Importancia de la carroza la que es tirada por caballos ayuda por favor es para mañana y escribe si tienes clases virtuales
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El coche de caballos ha sido siempre un elemento de osten-
tación. Ya Homero describe la riqueza y adorno de los carros con
los que dioses y hombres se mueven de acá para allá. Las ruedas
de hierro, los radios de bronce, los látigos de oro, la destreza de
Jos cocheros, son exaltados en varios cantos de la Ilíada. Los relie-
ves del palacio de Asurbanipal en Nínive, los del palacio de Datío
en Persépolis o los frescos y relieves de Egipto muestran caiTos
con un adorno y esplendor deslumbrantes. Los arqueólogos que
entraron en la tumba de Tutankamón encontraron cinco carros, con
incrustaciones de piedras semipreciosas y cristales de colores. Las
cerámicas griegas y los mosaicos y relieves romanos nos muestran
cientos de carros: triunfales, de carrera, de caza, de combate. Pocas
veces en la historia aparece un· ingenio con tanta capacidad para la
representación de la jerai·quía y la exhibición de lujo y poder.
Cierto es que tras la caída del imperio romano desapare-
cieron la mayor parte de los vehículos destinados al transporte de
personas y al ámbito ceremonial. Incluso las carreras de carros
en los circos fueron proscritas en el oriente bizantino y en el
occidente desapareció el carro como emblema de alto rango mili-
tar. A partir del renacimiento, sin embargo, vuelve a aparecer el
carruaje con un marcado carácter de ostentación. A principios del
siglo XVI cualquier corte de fuste había de tener una colección
de carruajes para exhibir en cualquier función. La moda se exten-
dió desde la corte y, a fines de siglo tenía coches de caballos
Respuesta:
La carroza, también llamada berlina de gran gala, es un carruaje de forma similar a la berlina, pero con gran riqueza en su exhibición de guarniciones y adornos, así como cuatro linternas.
Todos sus costados van cerrados con cristales en número de ocho o siete, en este caso, cuando el testero posterior es un tablero. Va tirado por cuatro, cinco o más caballos dispuestos en flecha o en lanza. Dispone de tablero posterior para dos lacayos que marchan de pie cogidos a tirantes unidos a la caja. Se monta a ocho resortes de doble suspensión o cuatro en ballesta cerrada.