Psicología, pregunta formulada por luuzacosta7, hace 11 meses

importancia de enamorarse de la persona adecuada

Respuestas a la pregunta

Contestado por luyssanamorenomoran
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Respuesta:

uno no escoje de quien enamorarse pero hay que  conocer mas a la pareja antes de pasar a un siguiente paso

Explicación:

Contestado por ElaineOtakuBv
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Respuesta:En ocasiones nos resulta sorprendente que personas que son extremadamente eficaces en aspectos profesionales o en cuestiones prácticas, cuando se trata de su vida emocional parecen olvidar todo lo que hacen en otras facetas de su día a día, y hacen elecciones extrañas que chocan por la rapidez o por la falta de análisis necesario. Esto suele deberse, por un lado, a las ideas que tenemos sobre el amor, bien porque las hemos aprendido o nos las hemos diseñado a partir de literatura, cine u otras artes. Por otro lado, cuando aparecen los primeros síntomas de enamoramiento, pueden identificarse con arrebatos de amor verdadero que producen una distorsión transitoria de la realidad, y a los que se atribuyen todos los calificativos de veracidad, sin tomarse el tiempo necesario para confirmar que uno se encuentra ante la persona adecuada. Es como si uno se dejase arrastrar por iluciones sin que se pudiera hacer nada al respecto.

Una interpretación errónea en este primer momento puede llevarnos a perder un tiempo innecesario que se podría haber aprovechado en buscar a alguien mas afín con uno mismo. Las formas más habituales de hacer una elección desacertada son:

–forzar los sentimientos de la otra persona. En ocasiones, cuando alguien nos gusta mucho y estamos convencidos unilateralmente  de que estamos hechos el  uno para el otro, pasamos por alto tener en cuenta y analizar lo que esta sintiendo la otra persona: “¿de verdad me quiere?”. A veces uno se siente muy bien cuando consigue su presa, pero la relación de pareja no es un entorno de acoso y derribo, sino de juego en el que ambos participantes tienen unas reglas aplicables bilateralmente, están participando porque les apetece el juego, y porque les parece que la otra persona puede ser un buen compañero para el mismo. Si la otra persona no responde a nuestras intentonas, la dejaremos que se tome el tiempo necesario y, si finalmente seguimos sin gustarle, lo aceptaremos deportivamente, pero no cometeremos la inmadurez de enfadarnos, y mucho menos de insultar u ofender simplemente porque las cosas no hayan salido nos gustria;

–ceder ante la conducta obsesiva de otra persona. En ocasiones, confundimos obsesión con amor. Pensamos que alguien esta colado/a por nosotros si no hace más que llamarnos y ocupar nuestro tiempo, de ocio y actividades. A algunas personas les resulta muy difícil decir no, y otras incluso se sienten obligadas a devolver las atenciones que la otra persona está teniendo con ella/él. Lo que haga esta persona es absolutamente su responsabilidad, y no puede cobrarse lo que está dando sin que nadie se lo pida. Por lo tanto, no se ha contraído deuda alguna (por mucho que se utilice el argumento “con todo lo que te he dado…” . Cuando se da para exigir un retorno, esto se llama chantaje, y nadie esta obligado a corresponder al mismo); y es mejor decir no al principio que años después cuando al bajar la intensidad del acoso, uno se pregunta qué esté haciendo con esa persona. Hay que tener mucho cuidado.

Si pasamos bien esta fase, sin forzar sentimientos en otros, y sin ceder a las obsesiones de los candidatos/as; osea, si la relación va progresando saludablemente y con normalidad, los siguientes puntos que tendremos en cuenta para elegir bien serán:

–atractivo físico. No existen normas sobre qué es lo que os gusta de la otra persona, con tal de que realmente os guste;

– afinidades y compatibilidades. No hace falta ser iguales, pero sí parecidos en la mayoría de las cosas, y compatibles en las que sean diferentes. Cuando hay conductas que sean antagónicas y que además os produzcan un profundo malestar, tenedlo en cuenta y no pasadlo por alto, pues pueden ser la causa del fin de la relación en un futuro. Lo mejor será hablarlo y, si la otra persona no puede o no quiere cambiarlo, nuestra sugerencia es distanciarse cuanto antes;

–convivencia. Es un aspecto fundamental. Hay personas que se gustan mucho, que se quieren mucho, que se lo pasan muy bien juntos, pero a la hora de la convivencia surgen mil pequeños detalles que la hacen imposible: ritmos para hacer las tareas; horas y momentos de sueño, etc. Si no queréis acabar con la relación de pareja, os recomendamos no pasar a este punto si no es estrictamente necesario; pero si para vosotros la convivencia es absolutamente imprescindible para la relación, entonces por mucho que duela, lo mejor es no continuar.

Cuando estamos haciendo una buena y sabia elección, nos estamos queriendo correctamente, tanto a nosotros mismos como a la otra persona, pues estamos teniendo en cuenta las necesidades propias y ajenas

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