Impacto de la industrialización en el bienestar social
Respuestas a la pregunta
El proceso de industrialización, en que la sociedad aldeano-campesina da paso a la moderna sociedad urbana, conlleva cambios fundamentales en la organización social porque el centro de gravedad económico se traslada del campo a la ciudad y las actividades fabriles se convierten en el principal componente del producto interno bruto. Al transferirse el poder y la riqueza del terrateniente al hombre de industria, se genera un nuevo dualismo social entre el proletariado, como nueva clase, y la burguesía en proceso de consolidación como clase dominante con ella se agudiza la lucha de clases. Después, sin embargo, el proceso se revierte en las sociedades altamente industrializadas. Su estructura social se diversifica con el fortalecimiento del sector terciario de la economía y con la aparición de las capas medias ligadas a la pequeña propiedad urbana o rural y a las tareas de servicios. Ellas se interponen y mediatizan la lucha de clases entre la burguesía y el proletariado. Todo lo cual va acompañado de una profunda remodelación social que da origen a la moderna sociedad de masas (con la hipertrofia del urbanismo y sus demás preocupantes y dramáticas características), al nacimiento del pensamiento socialista que se inspiró en la crítica de las iniquidades de la organización capitalista, a la emergencia del sindicalismo como teoría y acción defensivas de los derechos de la clase obrera y, en el orden internacional, al desarrollo del imperialismo y del colonialismo para satisfacer las demandas de materias primas y para conquistar mercados en beneficio de los nacientes países industriales. Las guerras coloniales fueron una de las primeras consecuencias de la industrialización en el campo internacional. La naciente industria se montó sobre la más despiadada explotación de los obreros. Largas jornadas de labor, >salarios de hambre, trabajadores uncidos al yugo esclavizante de las máquinas, trabajo de niños y mujeres, mineros que no conocían la luz del Sol, hacinamiento de monstruosos enjambres de hormigas humanas en el oscuro mundo de las galerías mineras. Este fue el industrialismo inglés de la primera época. El que inspiró a Marx sus teorías. Después, con los conocimientos tecnológicos acumulados, las cosas demandaron mucho menos tiempo y fuer
La segunda revolución industrial —la revolución electrónica— complementó el proceso de industrialización, al abrir las posibilidades de proporcionar cerebro y memoria a cualquier aparato diseñado por el hombre. La aparición de la robótica, con cada vez más sofisticadas generaciones de robots que sustituyen al ser humano en muchas de sus faenas productivas, ha dado un nuevo impulso y orientación al proceso de industrialización.
Esta moderna “mano de obra” no se enferma, no se cansa, no pide vacaciones ni alza de salarios, no hace huelgas. Cada vez aparecen generaciones de robots más inteligentes, capaces de ver y de sentir al tacto, que sustituyen al ser humano en muchas de sus faenas productivas, especialmente en las repetitivas y aburridas, o en las que entrañan peligro o demandan extremada precisión. Ellos bajan los costes de producción y aumentan la productividad de las empresas. Pero, en cambio, desplazan a la población económicamente activa y afectan el nivel general del empleo.
La incorporación de los robots y de la tecnología electrónica ha modificado las relaciones de producción. El peligro de forjar un modelo de desarrollo sin empleo es una grave amenaza social, que ha obligado a las sociedades avanzadas a reajustar sus sistemas laborales en función de los nuevos y sorprendentes avances de la tecnología electrónica.